top of page
Autor Juan Carlos Yamamoto (6dan)

Universal Judo Academy.

Una experiencia de Judo Inclusivo en Japón: Universal Judo Academy.


En distintas notas anteriores, hemos venido tratando sobre algunas nuevas tendencias que han surgido en Japón con relación a la enseñanza del Judo, como una reacción a la tendencia dominante netamente competitiva.

Así, por ejemplo, hemos presentado las actividades de la ONG Judo 3.0 fundado y presidido por Kazuyoshi SAKAI que, entre otros programas viene promoviendo la práctica del Judo entre los niños que padecen los que en Japón se denominan “Trastornos del Desarrollo” en el marco del Programa Judo Inclusivo. Los llamados Trastornos del Desarrollo incluyen a Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD) como el Trastorno del Espectro Autista (TEA) y otros trastornos como el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad (TDAH) y el Trastorno de Aprendizaje (TA).

Notas relacionadas:


También, recientemente, hemos presentado una nota sobre una investigación realizada por la Universidad de Florida Central (EEUU) sobre los beneficios del Judo para los niños que padecen Trastorno del Espectro Autista (TEA) tanto para mejorar sus aptitudes físicas como sus habilidades sociales.

Notas relacionadas:


Siguiendo esta línea temática, en la presente nota, presentaremos la experiencia de Toshihide NAGANO, 5to Dan de Kodokan, quien es miembro de la Comisión Directiva de la ONG Judo 3.0 y al mismo tiempo, fundador y director de la Universal Judo Academy donde desarrolla la enseñanza de Judo con orientación “no competitiva” dirigida principalmente a niños con Trastornos del Desarrollo.

Además, NAGANO es uno de los principales docentes en los cursos que dicta la ONG Judo 3.0 sobre la enseñanza del Judo entre los niños con Trastornos del Desarrollo donde comparte su experiencia y sus conocimientos adquiridos en el trabajo con estos niños, así como aspectos de su historia personal que hicieron cambiar completamente la orientación de su abordaje en la enseñanza del Judo.

También, resulta muy interesante y admirable su vocación por capacitarse en distintos temas.


NAGANO nació en 1973 en la Ciudad Shikoku Chuo (de algo menos de 90.000 habitantes) de la Prefectura de Ehime en la isla de Shikoku e inició la práctica del Judo estando en segundo grado de la escuela primaria. Gracias a sus aptitudes y su contextura física importante, se destacó en las competencias estudiantiles tanto como estudiante primario como secundario lo que le permitió ingresar a la Universidad MATSUYAMA que tenía el equipo de Judo más poderoso de la zona. Así, durante los 4 años de estudios universitarios, NAGANO formó parte del equipo de la universidad y en su último año, siendo capitán del equipo, logró el campeonato universitario regional por equipo y el individual libre de peso.

Tras graduarse, consiguió empleo en el municipio y también, gracias a sus antecedentes deportivos, pudo dedicarse a la enseñanza del Judo en distintas escuelas secundarias y ser entrenador en la propia Universidad de MATSUYAMA. De esta forma, dedicó los siguientes 20 años a la formación de nuevas generaciones de competidores. Sin embargo, a pesar de los éxitos deportivos alcanzados por sus dirigidos, llegó un momento en que la suma de distintas circunstancias, la vida lo enfrentó a una crisis existencial que lo obligó a replantearse su rol como instructor de Judo.

Pero, el hecho disparador del cambio fue una situación familiar, cuando sus dos hijas adolescentes se negaron a seguir asistiendo a la escuela. Allí fue que se dio cuenta que había sido “un padre ausente” para sus hijas, por haber estado dedicado, a tiempo completo al Judo, entre los entrenamientos durante los días de semana, los campeonatos durante los fines de semana y las reuniones sociales con compañeros de trabajo y del Dojo y los padres de los alumnos.

Viendo a sus hijas encerradas en su casa sin asistir a la escuela y sintiéndose responsable del problema, en la búsqueda de soluciones, tomó la decisión de capacitarse como “padre – consejero” para poder brindar, él mismo, una asistencia psicosocial a sus hijas.

Fue así que, en esta búsqueda, descubrió la Programación Neurolingüística (PNL) que se venía aplicando en países más avanzados en el campo de la psicología, principalmente para mejorar las habilidades en comunicación y coaching, e incluso, la asistencia psicológica. Confiando que la PNL le ayudaría no solamente para asistir a sus hijas, sino también para mejorar sus habilidades de coaching en Judo y de comunicación tanto en el entorno familiar como laboral y social, decidió capacitarse en PNL.

Como resultado de su capacitación en PNL (obteniendo la certificación de “Practitioner”), logró “reprogramar” su mente, tanto en su rol de padre como de instructor de Judo, mejorando notablemente su capacidad de comunicación. Así, a través de su propio cambio, al mismo tiempo que consiguió sacar a sus hijas de su encierro, reorientó completamente su rol como instructor de Judo. Como consecuencia de ello, decidió hacer un “Judo que haga feliz a la gente”, convirtiendo al Dojo en un lugar de encuentro y un ambiente que ayude a resolver los distintos problemas que tiene la gente, de modo tal que el Dojo sea un lugar donde cualquier niño pueda disfrutar de la práctica del Judo, independientemente de que padezca o no de algún Trastorno del Desarrollo.

En setiembre de 2015, fundó en su ciudad natal, su propio Dojo al que denominó “Universal Judo Academy” (Academia de Judo Universal), tomando la denominación “Universal” por el hecho de haber dado el enfoque del “diseño universal” a la enseñanza del Judo.


Para ello, creó una organización sin fines de lucro y consiguió el permiso de uso de las instalaciones de un dojo de Judo de una escuela secundaria, durante algunas horas libres. Sus hijas que actualmente tienen 18 y 20 años, si bien aún atraviesan algún período de inestabilidad (según NAGANO), se encaminan tras sus respectivos sueños en forma independiente.


NAGANO pretende dar un enfoque educativo / formativo al Judo que se enseña en su Dojo, teniendo en cuenta las necesidades de la época de modo que el Judo contribuya a la creación de una sociedad simbiótica (inclusiva) donde se respete la individualidad de cada persona, aceptando la diversidad.

Para ello, estableció 3 lineamientos principales:

1) descubrir los verdaderos valores del Judo, bajando sustancialmente la prioridad de su aspecto competitivo,

2) promover el crecimiento físico y espiritual de los niños estimulando, su sensibilidad, mediante la incorporación de puntos de vistas novedosos en el Judo y

3) difundir un “ambiente de Judo inclusivo”, a través de la creación de un ámbito donde se pueda disfrutar de la práctica del Judo entre niños con distintas características de desarrollo.


En su Dojo, adoptó un sistema de enseñanza en línea con el desafío de la “creación de una sociedad simbiótica” que busca el Gobierno de Japón que no separa a los niños que padezcan algún trastorno para brindar una enseñanza especializada.

De esta forma, buscó una forma de enseñanza del Judo que no excluya a los niños con algún trastorno que, hasta ahora, el Judo competitivo los venía “expulsando” del sistema. Tras un período de aprendizaje propio a prueba y error de aproximadamente 6 meses, de a poco, fue formando un grupo de alumnos compuesto con una proporción mayor de niños que tienen algún tipo de problema que otros Dojos, entre niños que han fracasado en otros deportes o en la práctica del Judo en algún otro Dojo y niños que recibían algún tipo de servicio social por sus características de desarrollo o que tenían algún problema de conducta, sin que llegaran ser diagnosticados por algunos de los tipos de Trastornos del Desarrollo.

Durante este período inicial, no fueron pocos los padres que retiraron a sus hijos del Dojo, disconformes por la modalidad de enseñanza. Así fue que trató de mejorar tanto el diálogo con los padres, como la comunicación con los niños. Para esto último, aprovechó su tiempo libre para tomar un curso a distancia y obtener la certificación de “Instructor de Comunicación para Trastornos del Desarrollo”, mejorando, de este modo, sus habilidades de comunicación con los niños.

Fue entonces que, paulatinamente, fue mejorando sus habilidades de reconocer los problemas en los niños y de tratarlos y de comunicarse con cada uno de ellos.

Así, descubrió que el juego era fundamental para elevar tanto la capacidad motriz de los niños como su autoestima, por lo que el juego ocupa actualmente una parte importante dentro de las actividades de los niños en el Dojo.


Una clase típica actual de 1 hora y media, entre las 19:30 y 21:00, se conforma de la siguiente forma. Antes del inicio de la clase, el propio NAGANO explica a los niños y a sus acompañantes el programa del día con la distribución horaria escrito sobre un pizarrón.


19:30 – 19:45 (15 min.)
-Inicio con formación y saludo
-Ejercicios de calentamiento con estiramientos y movimientos rítmicos (que incluyan componentes lúdicos)
19:45 – 20:00 (15 min.)
-Juegos de alta intensidad (Por ejemplo, el juego de la mancha)
20:00 – 20:15 (15 min.)
-Tiempo de estudio para tratar y pensar entre todos sobre algún tema específico
20:15 -20:35 (20 min., en 2 grupos
(niños pequeños)
-Ejercicios de coordinación y ejercicios de entrenamiento visual (con juegos)
(niños más avanzados)
-Práctica básica de Judo
20:35 – 20:50 (15 min., en 2 grupos)
(niños pequeños)
-Práctica de Judo (principalmente, lanzando a instructores y compañeros más avanzados) 
(niños más avanzados)
-Ejercicios de coordinación (más complejos)
20:50 – 20:58
Tiempo de masajes (en parejas y entre todos a invitados especiales)
20.58 – 21:00
-Cierre de la clase con 2 minutos de mokuso 

Estas clases en las que participan también muchos padres junto a los niños, cuentan con la colaboración de muchos voluntarios y especialistas en distintos campos e invitados especiales que vienen dar alguna charla en “el tiempo de estudio” (los mayores, tanto padres, instructores como voluntarios participan activamente en los juegos junto a los niños). La frecuencia básica semanal de las clases es de 1 clase semanal, aunque también ofrece la opción de una segunda clase.


Según NAGANO, algunas de las claves para conducir exitosamente las clases han sido, entre otras cosas, aprender a elogiar o aprobar las acciones de los niños en el momento oportuno, comprender el proceso de aprendizaje y mejorar la capacidad de escuchar.

Aprendió a aprobar o elogiar a los niños, según la situación, el resultado, el esfuerzo (proceso), la acción, la voluntad y la presencia.


Para ello, fue importante, también, comprender el proceso de aprendizaje, para lo cual adoptó la teoría de las 4 Fases de Aprendizaje del psicólogo humanista americano Abraham MASLOW (1906 – 1970) que son:

1) Incompetencia inconsciente, 2) Incompetencia consciente, 3) Competencia consciente, 4) Competencia inconsciente.


Conociendo estas fases y que las fases 1) y 4) corresponden a la “zona de confort” y las fases 2) y 3) a la “zona de disconfort”, aprendió entonces a dosificar las palabras de aliento, según la fase en que se encuentren los niños.

En estos 3 años y medio de experiencia en su Universal Judo Academy, NAGANO logró ir creando un tipo de comunidad con particularidades desconocidas hasta la fecha en un Dojo de Judo, transformándolo en un espacio donde los niños y sus padres puedan divertirse en un ambiente amigable.

En una próxima nota, profundizaremos sobre las características de esta comunidad en un Dojo de Judo y la función del instructor como “gestor de la comunidad”.


Calentamiento


Juego de alta intensidad


Práctica de Judo con juegos



Ejercicios de coordinación



Tiempo de estudio (un caso de clase de cocina)



Práctica de Judo junto a los padres



Tiempo de masaje



Mokuso de 2 minutos




Toshihide NAGANO

90 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page