Maestros Japoneses en el extranjero reconocidos por la Federación Japonesa de Judo (Parte 2)
Continuando con la serie de notas sobre judokas japoneses que se encuentran en el exterior y que están siendo presentados a través de entrevistas publicadas en la Página Oficial de la Federación Japonesa de Judo (AJJF) en el marco del Proyecto “Ima motto tsuyoku nareru” (ahora puedes ser más fuerte), en la presente nota, nos referiremos a Hikari CARIOU-SASAKI (1967; 7mo Dan) quien se encuentra en Francia desde el año 2008. SASAKI fue nota también al ser nominada en la “posta” del Comité de Judo Femenino por Chiyori MASUCHI (1970, TATENO de soltera).
SASAKI es una de las 3 mujeres que integran el grupo de 27 miembros residentes en el extranjero del Comité Internacional de la Federación Japonesa de Judo (AJJF), junto a Yuko FUJII y Rieko SASAKI quienes se encuentran respectivamente en Brasil y EEUU.
La figura de SASAKI fue resaltada en esta oportunidad por tratarse de la primera japonesa en obtener una medalla de oro olímpica, al ganar la categoría -66kg en los JJOO de Seúl 1988 donde el Judo Femenino hizo su presentación como deporte de exhibición. Además de la medalla de oro de SASAKI, la representación japonesa obtuvo 1 medalla de plata y 3 de bronce, totalizando 5 medallas. El desempeño olímpico de SASAKI está considerado particularmente importante, si se tiene en cuenta que la siguiente medalla de oro fue obtenida por Yuko EMOTO en la categoría -61kg en los JJOO de Atlanta 1996, tras 8 años de espera, ya que en los JJOO de Barcelona 1992 cuando el Judo Femenino pasó a ser oficialmente un deporte olímpico, las representantes japonesas no pudieron obtener ninguna medalla de oro, aunque se obtuvieron 3 medallas de plata y 2 de bronce. En los JJOO de Sídney 2000, Ryoko TANI (TAMURA de soltera) obtuvo la tercera medalla de oro al ganar la categoría -48kg, cosa que repetiría en Atenas 2004, tras haber obtenido la medalla de plata en Barcelona y Atlanta. El gran salto se dio en los JJOO de Atenas 2004 donde el equipo femenino japonés obtuvo 5 medallas de oro y 1 de plata, logrando su mejor performance olímpica.
Sasaki en sus comienzos
SASAKI, nacida en la prefectura de Shizuoka, cuenta que inició la práctica del Judo a los 13 años, al ingresar a la escuela secundaria inferior, prometiendo a su padre que continuaría también con el atletismo. Fue por recomendación del Sensei Shotaro KUBOTA, quien era casualmente el terapeuta que estaba tratando a su padre que se había lesionado en un accidente automovilístico y daba clase en el dojo “Yu-ai” al que comenzó a concurrir.
Al terminar la escuela secundaria inferior, ingresó a la Escuela Secundaria Superior de NUMAZU de la que fue tentada para integrar su equipo de Judo por su director técnico, Shinichi NEGIYA (8vo Dan). Estando en el 2do año, obtuvo el 2do puesto en el Campeonato Nacional al que había participado por primera vez. Al año siguiente (1985), siendo aún estudiante secundaria, obtuvo el Campeonato Nacional en la categoría -72kg. Si bien había dejado el atletismo tras terminar la secundaria inferior, siguió corriendo todas las mañanas junto a su padre, como parte de la preparación física en Judo, lo que le sirvió para lograr piernas y caderas fuertes.
En 1986, ingresó a la Universidad de TSUKUBA que, en ese entonces, tenía un poderoso equipo femenino encabezadas por Kaori YAMAGUCHI (1964), la primera campeona mundial japonesa (Viena 1984; -52kg) y una de las ganadoras de la medalla de bronce en Seúl 1988 y Ryoko WATANABE (1966; FUJIMOTO de soltera), 3ra en los campeonatos mundiales de Maastricht 1986 (-61kg) y Barcelona 1991 (-66kg). SASAKI fue campeona nacional en la categoría -66kg en 1986, 1987 y 1992, 2da en 1989 y 1993 y 3ra en 1988, 1990, 1991 (con 8 podios en total en la categoría y 2 más en -72kg) y también, subcampeona mundial en Essen 1987 y Belgrado 1989 y campeona asiática en Tokyo1985. Una vez egresada de la universidad, pasó a representar el equipo de la empresa MIKI HOUSE, hasta su retiro a los 27 años, formando parte al mismo tiempo la selección femenina japonesa.
Su sueño fue enseñar Judo a niños en Francia y, por lo cual realizó un primer viaje a Francia donde recorrió distintos dojos durante 4 meses y regresó a Japón convencida de lo difícil que sería ganarse la vida como instructora de Judo. Así fue que decidió continuar con la carrera de docente universitario y continuó viajando a Francia 1 vez por año, hasta que fue invitada por quien es su actual esposo y también instructor de Judo, Yves-Marie CARIOU a iniciar una vida juntos en Francia.
Sin conocer demasiado el idioma, debió obtener la licencia de instructor para poder empezar a enseñar. Afortunadamente, sus antecedentes deportivos fueron de gran importancia para obtener la licencia y así, poder empezar a dar clases en varios clubes a 4 meses de su llegada. En uno de los dojos, logró armar una clase semanal exclusiva para mujeres orientada especialmente como una actividad física para promover la salud, influida por las enseñanzas de la gran maestra Keiko FUKUDA (1913 – 2013; 9no Dan de Kodokan) a quien tuvo la ocasión de conocer en San Francisco (EEUU). En dicha clase, se centró en la enseñanza y práctica de los ukemis y las técnicas básicas, con el fin de prevenir cualquier tipo de lesiones y permitir una práctica prolongada a lo largo del tiempo. Introdujo también la práctica del Ju no Kata como ejercicio de estiramiento que tuvo una gran aceptación entre las mujeres francesas.
Hace 2 años, dejó un dojo donde tenía aproximadamente 250 alumnos, para cumplir otro de sus sueños, abrir su propio dojo. Así fue que abrió el Dojo “Shueikan” en Bretaña junto a su esposo donde ha logrado reunir 50 alumnos, cantidad que considera razonable por ser recién su segundo año. Además, da clases en varios clubes de la región, incluyendo clases de Judo y gimnasia para discapacitados. Las edades de sus alumnos comprenden desde los 4 años hasta los 88 años de edad. A propósito de su alumno de 88 años, comenta que el año pasado aprobó el examen para 1er Dan para obtener el cinturón negro y que, si bien no realiza randori de tachi waza, hace normalmente uchikomi y randori de newaza.
Destaca que Francia cuenta con más de 500.000 practicantes registrados lo que llama poderosamente la atención a los japoneses, debido a que con algo menos de la mitad de habitantes, más que triplica la cantidad de practicantes de Japón. Según SASAKI, la gran diferencia radica en que, en Francia, el Judo tiene un carácter más social y formativo, frente al carácter más competitivo y deportivo que tiene en Japón. Esto se debe a que el deporte de los niños y adolescentes en Japón transcurre en el ámbito escolar donde cada uno debe elegir un determinado deporte, mientras que, en Francia, al transcurrir mayormente en los clubes sociales y deportivos, los niños tienen la posibilidad de experimentar y practicar varios deportes a la vez. En Francia, en lugar de la búsqueda de resultados, se presta mayor atención a que resulte un entretenimiento o pasatiempo placentero. Por ello, indica también que, en Francia, a diferencia con Japón, no se pueden repetir rutinas como forma de entrenamiento, ya que el practicante francés demanda constantemente clases distintas y técnicas nuevas y en caso contrario, dejarían de concurrir al dojo. Otro aspecto que le llama la atención es el hecho que muchos médicos recomienden a los padres que sus hijos practiquen Judo.
Una de las actividades que inició estando en Francia fue un intercambio con niños de la Ciudad de Ofunato, Prefectura de IWATE, correspondiente a la zona afectada por el Gran Terremoto de la Costa del Pacífico en la región de Tohoku de marzo de 2011. Esto se dio a raíz de una invitación de su instructor en la Escuela Secundaria Superior, Shinichi NEGIYA (8vo Dan) quien venía apoyando las actividades para reactivar las comunidades de las zonas afectadas por el terremoto y tsunami. Tras una visita en febrero de 2012 a Ofunato para dar clases de Judo y Aerobics, ante una iniciativa del propio alcalde de querer brindar la posibilidad a los niños de conocer el mundo, constituyó una asociación para promover el intercambio de niños, a través de un proyecto que denominó “Proyecto Camino del Mar” (Umi no Michi Project) que inició en 2015 cuando viajaron 10 niños de Ofunato a Francia para participar en el campus de entrenamiento de verano junto a 150 niños europeos. Mientras que, en el 2017, viajó a Japón junto a 10 de sus alumnos, para continuar con el programa, lo que significó una gran experiencia tanto para sus alumnos como para ella misma.
SASAKI recomienda a todos los judokas jóvenes japoneses a experimentar una estancia en el extranjero, aunque sea por un período corto, con el fin de que puedan vivir experiencias enriquecedoras, como reflexionar sobre el Japón como país, el Judo Japonés y el orgullo de ser japonés y en dicho marco, pensar qué podría o debería hacer cada uno, cosas que ella logró percibir recién cuando tuvo la oportunidad de salir fuera del Japón.
Con humildad, manifiesta no tener demasiadas ambiciones y que se conforma con ser “sólo un punto” más en el Judo, una simple judoka, siguiendo la senda marcada por su creador, Jigoro KANO. Por ello mismo, se refiere a la medalla de oro obtenida en los JJOO de Seúl 1988 como un “punto de tránsito” y no como un objetivo cumplido y que el hecho de haber ganado campeonatos, le ha servido para ganar en confianza y así, llegar a ser instructora de Judo en Francia.
Expresa su reconocimiento a los maestros japoneses que la precedieron y construyeron las bases del Judo Francés y recuerda con especial respeto al Sensei Shozo AWAZU (1923 – 2016; 9no Dan Kodokan), que cumplió un rol fundamental en el desarrollo del Judo en Francia y a quien tuvo la fortuna de conocer.
Sasaki en familia
Sasaki con la Sensei Fukuda
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