La búsqueda de la eficiencia, tanto en el Judo como en la gestión empresaria.
Cuando se habla de eficiencia, en las últimas décadas, se la suele asociar con Japón, especialmente por el liderazgo alcanzado por su industria automotriz en general, y por la empresa TOYOTA en particular, mejorando la calidad y reduciendo los costos de sus productos.
Así también, se conoce internacionalmente al término “KAIZEN” (改善) como el concepto metodológico integral de “Mejora Continua” aplicado por las empresas japonesas para mejorar la calidad y la productividad y de esta forma, elevar su competitividad en la posguerra. El KAIZEN tiene como uno de los pilares la búsqueda constante de la eficiencia a través de la eliminación de todo tipo de desperdicio o lo innecesario, conocido como MUDA (無駄) en idioma japonés. También, este término “Muda” ya se encuentra incluido en el vocabulario técnico de quienes aplican KAIZEN.
Las técnicas del KAIZEN basadas en las herramientas de Control de Calidad que fueron introducidas en Japón durante la década del 50 por el consultor norteamericano William E. DEMING fueron rápidamente asimilados por los japoneses y sus empresas, ya que el espíritu de la búsqueda constante de la eficiencia, eliminando lo innecesario (muda), ya formaba parte de la cultura japonesa.
Asimismo, para muchos especialistas del tema, la herramienta básica para iniciar cualquier actividad de KAIZEN es la aplicación del método conocido como las “5S” que es una técnica de origen japonés destinada a mejorar y mantener las condiciones de organización, orden y limpieza para cualquier tipo de empresas u organizaciones.
Las 5 S representan las iniciales de 5 palabras en japonés: Seiri (clasificación), Seiton (orden), Seiso (limpieza), Seiketsu (estandarización) y Shitsuke (autodisciplina) donde Seiri (la primera S) consiste en identificar aquellos objetos que resultan innecesarios para su descarte.
Como se puede apreciar, aquí también, el primer paso es la identificación de lo innecesario (en este caso, básicamente, cosas) para su posterior descarte o eliminación.
El autor japonés, Inazo NITOBE (1862 – 1933) en su ensayo “Bushido, el alma de Japón” (Bushido; The Soul of Japan) publicado en 1899 en idioma inglés para explicar a los occidentales el código ético de los guerreros samuráis y su influencia en la sociedad y la cultura japonesa, hace la siguiente mención sobre el tema en el capítulo correspondiente a la “Cortesía” (“Rei”), citando como el ejemplo más acabado de la eficiencia a la “Ceremonia del Té”:
“No cabe duda de que habrá una manera mejor que otra de hacerla, pero la manera ideal es siempre la más económica, y a la vez más graciosa. Spencer define la gracia como la manera más económica del movimiento. La ceremonia del té prescribe ciertos modos determinados de manejar una taza, una cuchara, una servilleta, etc.
Para un novicio todo esto es aburrido, pero pronto descubrimos que el modo prescripto es, en realidad, el que ahorra más tiempo y trabajo; en otras palabras, el uso más económico de la fuerza; por consiguiente, según la definición de Spencer, el que posee más gracia.”
La base de las técnicas del Budo se encuentra también en la “eliminación de lo innecesario (Muda) en los movimientos” y precisamente, es lo que se traduce en la definición del Judo hecha por su creador, Jigoro KANO, cuando dice “el Judo es el camino que utiliza la fuerza física y mental en la forma más efectiva” y en uno de sus principios “SEIRYOKU ZENYO” (精力善用:mejor uso de la fuerza / energía).
Jigoro KANO explicando el principio del Judo
Según KANO, esto significa “utilizar la fuerza física y mental en la forma más efectiva con el objetivo de hacer el bien. Dado que todas las acciones de las personas deben estar orientados al bien, se tiene el bien como objetivo. Hacer trabajar en la forma más efectiva, sin ningún tipo de desperdicio (aquí también utiliza el término “muda”), la fuerza física y mental para alcanzar este objetivo, debe ser el único camino para las personas.”
Al mismo tiempo agrega; “Al aplicar este principio al ataque y la defensa, surgen los Katas y el Randori. Si se aplica para mejorar el estado físico, constituye una forma de educación física. Si se aplica para buscar la verdad y cultivar la moral, constituye una forma de educación moral. Si se aplica a las distintas esferas sociales de las personas, como la vestimenta, la alimentación y la vivienda, las relaciones sociales, el trabajo, la administración, etc., constituye una forma de vivir en sociedad. Puede decirse que el Judo no es solo la práctica de un arte marcial en un Dojo, sino también es un principio orientador del actuar humano en sociedad. Vale decir que “Seiryoku zenyo” consiste en aprovechar de la forma más eficiente posible en la vida diaria la observación científica de la realidad, el sentido de la justicia, la modestia y la imparcialidad que se adquieren a través de esta disciplina.”
Cabe destacar que, en la Cultura Japonesa, lo sencillo o lo simple es una de las cualidades más valoradas, por lo que, tradicionalmente, se ha observado un constante esfuerzo para simplificar las cosas. Esta particularidad de la Cultura Japonesa, de valorar lo simple, o sea, la esencia pura despojada de todo lo superfluo o innecesario, se ve reflejado en el arte y en el sentido estético de los japoneses, siendo algunos de sus máximos exponentes los poemas haiku (俳句) y la Ceremonia del Té.
Ceremonia del Té
La estética basada en la simplicidad se encuentra presente en todas las manifestaciones del arte y la cultura japonesa, como una expresión única y esencial de la espiritualidad. Ello se debe a la gran influencia que ejerció el Budismo en general y el Budismo Zen en particular en la cultura japonesa. La simplicidad, prácticamente, la austeridad es uno de los principales valores del estilo de vida ZEN. Es por ello que las expresiones del arte japonés están despojadas de toda representación de lo no esencial.
Las enseñanzas de Jigoro KANO sobre el estilo de vida austero que deberían llevar los judokas, evitando los gastos innecesarios y la ostentación siguen esta línea de pensamiento que valora la sobriedad (“The most important point is to live a frugal lifestyle”). Las apreciaciones de KANO, abarcan la forma de hablar y el uso del vocabulario, evitando hablar de más. (“Dignidad de los Practicantes de JUDO”, 1917)
http://kodokanjudoinstitute.org/en/courtesy/grace/
Esto también tiene que ver con la afinidad o preferencia de los japoneses a las “cosas pequeñas” o de “achicar las cosas”, como afirma el intelectual coreano LEE O Young, aspecto que se ve reflejado no solamente en las disciplinas del arte y la cultura como el ya mencionado Haiku, el Bonsai o el Ikebana hasta en los desarrollos tecnológicos como los walkman, las calculadoras, los circuitos integrados, etc.
Bonsai
Ikebana
Esta preferencia a lo sencillo que se observa en el arte y la cultura japonesa ha hecho que exista un importante “componente no-verbal” en la comunicación en los mismos lo que hace difícil su comprensión para aquellos occidentales sin mucho contacto con la cultura japonesa. Esto ocurre en los más variados campos, desde los gestos o movimientos de la Ceremonia del Té, mencionado en varias oportunidades como una de las expresiones más acabadas de la Cultura Japonesa, hasta en las técnicas del Budo trasmitidas a través de los “Katas” o las formas.
Es también el caso del “Reiho” (礼法) en el Budo en general y en el Judo en particular, ya que muchos practicantes suelen entender al Reiho únicamente como el simple gesto del “Rei” (礼) o reverencia que se realiza al ingresar y salir del Dojo, iniciar y terminar la práctica en conjunto y con un determinado compañero, etc., desconociendo su significado mucho más amplio y profundo, en el que el gesto es solo su manifestación externa.
El Reiho tradicional era parte del entrenamiento de los guerreros samuráis desde el Período Kamakura (año 1.192 a 1.333) hasta fines del Período Edo (año 1.603 hasta 1868) que comprendía, además de la reverencia, la forma de pararse, sentarse y caminar, teniendo en cuenta el combate real con sus cualidades de ser práctico, simple y estético.
Por su parte, el “Reiho” es una expresión de la cultura tradicional del Budo, propia del Japón, desarrollada como parte de la formación de los guerreros samuráis y posteriormente, transformada en una parte de la educación escolar.
Actualmente, se considera como “Reiho Oficial” al sistema que vino conservando desde hace más de 8 siglos, por el Clan OGASAWARA primero y posteriormente, por la Escuela OGASAWARA (Ogasawara Ryu) cuyo “Ogasawara Ryu Reiho” es una marca registrada en 1992 por la ONG Ogasawara Ryu.
Reiho de Ogasawara Ryu.
En la actualidad, existen varias organizaciones que continúan con el legado del Clan Ogasawara. Así como existe una organización encargada en la preservación y difusión del Reiho, las hay otras que se encargan de la difusión de la arquería (incluyendo la arquería montada) o la Ceremonia del Té que utilizan la denominación “OGASAWARA”.
El “Reiho” trasmitido de generación en generación como el “Reiho Oficial” de la sociedad dominada por la casta de los guerreros samurái y actualmente preservado por la Escuela OGASSAWARA RYU, estaba basado en los principios de “practicidad”. “simplicidad” y “belleza” y centrado en formas prácticas de mover y utilizar el cuerpo, sin ningún tipo de movimientos forzados (= muri) e innecesarios (= muda) que se consideraban como el ideal del samurái.
Esto tiene que ver con la forma clásica de pensar de los japoneses que requería para las formas, además de las características de belleza y practicidad, la característica de simplicidad.
La ausencia de lo innecesario (= muda) se conecta directamente con la practicidad y a esta practicidad se le demanda belleza y son estas 3 características de “practicidad”, “simplicidad” y “belleza” las que se conectan entre sí y conforman la base del Budo.
Para materializar en forma simultánea estas 3 características, la Escuela OGASAWARA RYU establece las 4 siguientes enseñanzas:
(1) estar consciente de las posturas correctas,
(2) no ir en contra del trabajo de los músculos,
(3) cuidar las funciones de las cosas y
(4) pensar siempre la posición de uno mismo respecto del entorno y las otras personas (noción de tiempo y espacio).
A partir de esto también, el “Reiho” debe ser práctico y eficiente, siendo importante eliminar los movimientos innecesarios del cuerpo y utilizar las funciones mínimas necesarias (esto permitiría minimizar al mismo tiempo el cansancio). Al lograr ejecutar naturalmente estas 2 acciones, cualquier observador lo percibirá bello y armónico. El “Reiho” es algo que se manifiesta exteriormente cuando se llega a comprender las funciones del cuerpo de las personas y las funciones de las cosas. Para cada movimiento del “Reiho” de OGASAWARA RYU hay un fundamento teórico que lo justifica.
Aquí, se debe tener en claro que “Rei” y “Reiho” son 2 conceptos distintos. “Rei” es un concepto nacido hace más de 2.500 años en China como una regla para crear armonía entre el hombre y la naturaleza.
Este concepto fue introducido en Japón junto a las “Analectas” de Confucio e incorporado por la nobleza como parte de su etiqueta y también, adoptado por el Príncipe Shotoku (574 – 622 d.C.) al promulgar la Constitución de 17 Artículos que indicaba en uno de sus artículos; “aprecia la armonía entre las personas”.
Por su parte, el “Reiho”, como se indicó más arriba, es una expresión de la cultura tradicional netamente japonés que, incluso, trasciende al Budo.
La copia o imitación de un modelo hasta superarlo mejorándolo o simplificarlo (o reducir su tamaño) ha sido una constante en la historia del Japón, aunque se destaque lo que ha ocurrido con la tecnología industrial en la posguerra. Una de las adaptaciones más sorprendentes realizadas en Japón ha sido, sin dudas, la introducción de la escritura china al idioma japonés hacia mediados del Siglo IV y comienzos del Siglo V (junto con el Budismo) y su simplificación a través de la creación de los caracteres fonéticos (hiragana) alrededor del Siglo VIII, haciendo que convivan en el sistema de escritura los caracteres ideográficos (kanji) con los fonéticos.
Esta capacidad de copia basada esencialmente en la observación es también producto de la influencia del Budismo Zen sobre la cultura japonesa. Esto ha hecho que el “aprendizaje con el cuerpo” basado en la observación, repetición e imitación es fundamental en el sistema de enseñanza bajo el influjo del Budismo Zen, con un fuerte componente de comunicación no verbal.
La repetición de una técnica, copiando una forma hasta su dominio y perfeccionamiento, eliminando los movimientos innecesarios, ha sido la base de la práctica del Budo y es este, precisamente, el principio que se aplica para mejorar cualquier proceso productivo.
El Sistema de Producción Toyota identifica 7 Mudas o desperdicios (todo lo que se tiene o se hace dentro de un proceso productivo que no es necesario para agregar valor al producto) que deben ser minimizados: sobreproducción, stock, sobreproceso, transporte, movimiento, espera y retrabajo.
7 wastes= 7 desperdicios = 7 mudas.
Si se extrapolan algunos de estos Mudas al Judo, se podrían mencionar, como ejemplos de Mudas que se deberían minimizar en el Judo, el sobreentrenamiento, la sobrenutrición, el desplazamiento improductivo en los combates, los movimientos innecesarios en el ataque y la defensa (la base de la técnica del Judo), el reposo excesivo y la lesión / rehabilitación.
Por su parte, otra técnica introducida para implantar una herramienta de KAIZEN o Mejora Continua en cualquier empresa u organización es el llamado Ciclo PDCA o Ciclo de Deming (tomando el nombre de quien lo difundió en Japón junto a las herramientas de gestión de calidad).
Las siglas PDCA forma un acrónimo de los términos en inglés Plan (planificar), Do (hacer), Check (controlar o verificar), Act (actuar).
Éstos términos corresponden a los 4 pasos que se deben cumplir al implementar cualquier sistema de gestión o proyecto, entre los que se pone principal énfasis en la planificación (P) con la fijación de objetivos claros, de modo que una vez ejecutado (D), pueda ser evaluado o verificado su cumplimiento (C) y que el resultado de dicha verificación pueda retroalimentar la planificación siguiente (A), de modo que el ciclo se convierta en una búsqueda constante de mejora.
La aplicación de este Ciclo PDCA es lo que recomienda la Federación Japonesa de Judo (AJJF), en sus últimas publicaciones, a los instructores o entrenadores para la implementación de cualquier plan de entrenamiento o enseñanza. Por su parte, el Manual “La Ciencia en la Enseñanza del Judo” publicado en febrero de 2018, sugiere el uso de las siguientes planillas para la aplicación del Ciclo PDCA para un Plan de Entrenamiento.
El Cuadro superior derecho corresponde a la planificación con las columnas de los objetivos a alcanzar, las actividades a realizar para alcanzar cada objetivo y la época a realizar. El cuadro superior izquierdo se utiliza para registrar la ejecución de las actividades planificadas, el cuadro inferior izquierdo corresponde a la revisión del plan con una columna de evaluación intermedia y otra de resultados alcanzados por cada objetivo y el cuadro inferior derecho corresponde a la verificación con una columna de resultados alcanzados y otra de comentarios por cada objetivo.
Con esta nota, tratamos de indicar, entre otras cosas, que la búsqueda constante de la eficiencia, a través de la eliminación de todo lo innecesario (Muda) es parte de la cultura tradicional del Japón, incluyendo el Budo y que, en la cultura tradicional japonesa, lo despojado o austero está estrechamente ligado con el sentido de la estética.
La comprensión de estas características de la cultura japonesa resulta de gran importancia para entender algunos aspectos de la práctica de cualquier disciplina del Budo, una de las expresiones de la cultura tradicional del Japón.
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