En el Judo, como en cualquier otro deporte, los aficionados tenemos nuestros gustos y preferencias tanto de estilo como de atletas que son netamente subjetivas. Casualmente, hace unas semanas, fui testigo de un debate sobre preferencias en los estilos de Judo predominantes en distintas épocas y, al mismo tiempo, recibí una encuesta sobre lo que habían denominado “Judo Tradicional”. Estos 2 hechos me obligaron a reflexionar sobre gustos y preferencias en el Judo que traté de resumir en la siguiente Nota.
Okano (izq.) y Koga (der.)
Este año 2022, se celebra el 140 Aniversario de la fundación del KODOKAN por Jigoro KANO (1860 – 1938) quien denominó “Judo” a su nueva disciplina que, en su momento, no era más que un nuevo estilo o escuela de Ju-jutsu, una de las disciplinas del Bujutsu o arte marcial japonés tradicional. Como es sabido, con el tiempo, el Judo pasó a ocupar una posición hegemónica entre las escuelas de Ju-jutsu, absorbiendo gran parte de las escuelas existentes e imponiendo la denominación de “Judo”.
Asimismo, tras la Segunda Mundial, se fue consolidando el proceso de internacionalización del Judo con la fundación, en el año 1951, de la Federación Internacional de Judo (IJF) y la organización del Primer Campeonato Mundial en 1956 y su incorporación como disciplina olímpica en los JJOO de Tokyo 1964.
A lo largo del tiempo, el Judo ha evolucionado notablemente, al igual que gran parte de las disciplinas deportivas, gracias a la incorporación de los avances de la ciencia y tecnología, especialmente en los campos del entrenamiento físico y táctico, haciendo que los actuales judokas de elite sean verdaderos atletas con cualidades físicas excepcionales. Al mismo tiempo, se han venido introduciendo cambios en el reglamento de competición y arbitraje, desde los cambios introducidos por el propio Jigoro KANO, hasta los últimos cambios propiciados por la IJF.
Si bien el Judo de elite aún no se ha transformado en una parte de la industria del entretenimiento o del espectáculo como muchos otros deportes, también en el Judo, el atleta de elite actual es un deportista de tiempo completo con un alto grado de profesionalización que normalmente recibe un patrocinio estatal, privado o mixto. Además, desde que la IJF puso en marcha el World Tour en el 2009, sus campeonatos distribuyen premios monetarios a los atletas y a sus entrenadores que clasifiquen hasta el 3er puesto, aunque sus montos no sean elevados, dejando atrás el carácter netamente amateur que predominaba hace medio siglo en gran parte del mundo.
Como en todo deporte, también en el Judo, existen entre los aficionados gustos y preferencias y especialmente, entre quienes peinamos canas como quien escribe, existen aquellos románticos o nostálgicos que opinan que “el Judo de antes” era mejor, tal vez, por el hecho que el mencionado avance en la preparación física y táctica haya sido en detrimento de la técnica, particularmente de nage-waza que no ha avanzado con el mismo ritmo.
Lógicamente, a diferencia con aquellas disciplinas donde los parámetros cuantitativos (como el tiempo, la distancia o el peso) son inapelables para comparar la performance de los atletas como en atletismo, natación o levantamiento de pesas, el Judo es otra de las tantas disciplinas deportivas donde realizar una comparación entre atletas de distintas épocas resulta casi imposible, sin incorporar una apreciación subjetiva relacionada con gustos y preferencias, tal como ocurre, por ejemplo, al pretender comparar figuras de distintas épocas del fútbol como Pelé, Maradona y Messi.
De todos modos, personalmente, opino que el judoka de elite actual está mucho más y mejor preparado con una sólida base científica, en comparación con los atletas de hace varias décadas cuando la preparación era mucho más artesanal. Además, en la actualidad, se agrega también un calendario de competencias mucho más apretado y exigente que obliga a los atletas programar con gran precisión su preparación e introducir permanentemente cambios tácticos con muy poco tiempo de preparación, ya que son estudiados minuciosamente por los rivales a través del análisis de los videos de combate.
Kimura (izq.) y Yamashita (der.)
Asimismo, los cambios reglamentarios siempre han generado resistencia en una parte de los actores hasta que quedan naturalizados, o bien, cuando estos cambios no producen los efectos esperados, con el tiempo, son corregidos o eliminados. Se supone que, en la actualidad, nadie discute, por ejemplo, que las competencias sean por categoría de peso como ha sido resistido, en su momento, por algún sector “tradicionalista”. Podría afirmarse lo mismo sobre la prohibición del “hikikomi” a newaza impulsado por el propio Jigoro KANO en la revisión del reglamento realizada en 1925, como forma de limitar el avance de un estilo centrado en newaza que venían imponiendo varios colegios preparatorios o preuniversitarios (los llamados “Kosen”). Como es sabido, este cambio reglamentario fue desconocido por la asociación que reunía a estos colegios, dando lugar al llamado “Kosen Judo” que siguió rigiéndose con el reglamento antiguo sin la modificación y que aún sigue aplicándose en el “Nanatei Judo”, el campeonato de Judo organizado por las 7 ex universidades imperiales.
Uemura, Presidente del Kodokan y Yamashita, Presidente de la AFFJ
Cabe recordar que, en los 3 primeros campeonatos mundiales, Tokyo 1956, Tokyo 1958 y París 1961, se compitió en una categoría única libre de peso y la división por categoría de peso se introdujo en los JJOO de Tokyo 1964 donde se compitió en 4 categorías de peso, una vez que el holandés Antonius GEESINK (1934 - 2010) se clasificó campeón mundial en París 1961, superando a sus rivales japoneses, haciendo gala de su gran poderío físico. Si bien la derrota de Akio KAMINAGA (1936 – 1993) en la final olímpica de Tokyo 1964 de la categoría libre de peso ante el mencionado GEESINK representó una gran frustración para los aficionados japoneses, terminó siendo un hito importante para la internacionalización definitiva del Judo, ya que significó una gran motivación para los atletas europeos.
Por otro lado, las puntuaciones de “koka” y “yuko” introducidas en el Reglamento de Arbitraje en 1973 (también resistidas por un sector), fueron eliminadas sucesivamente en el 2009 (koka) y 2016 (yuko), volviendo a las clásicas puntuaciones de “ippon” y “waza-ari”.
En los últimos tiempos, el avance en el nivel técnico de los atletas especialmente europeos ha hecho que disminuyera notablemente o desapareciera la brecha que existía con los atletas japoneses y en algunas categorías como los más pesadas, el mayor poderío físico de los europeos ha tornado cada vez más importante la preparación táctica para enfrentarlos por parte de los japoneses, a través de un mayor conocimiento y análisis de los rivales. Todo esto ha vuelto cada vez más difícil para los atletas japoneses ganar un combate por ippon con nage-waza en una competencia internacional, como podían hacerlo hace décadas.
Por otra parte, el aspecto técnico que ha avanzado en los últimos tiempos, particularmente entre las mujeres por sus características físicas que las favorecen, fue en el combate de newaza, influenciado por el auge del Jiu-Jitsu Brasilero a nivel mundial que ha dejado en descubierto distintas facetas inexplotadas en el Judo. Esto ha hecho también que los aficionados tengan la oportunidad de redescubrir la riqueza del newaza y se interesen en el estudio y la práctica de sus técnicas.
Asimismo, si bien los cambios reglamentarios fueron reduciendo la duración reglamentaria de los combates, la introducción, en 2002, del Golden Score en lugar del “hantei” para determinar al ganador ante una igualdad al final del tiempo reglamentario, no sólo ha eliminado toda apreciación subjetiva de los árbitros y jueces, sino también ha incorporado un factor de incertidumbre en la duración de los combates.
Ohno (izq.) y Inoue, Okano y Ohno (der.)
En general, el aficionado japonés sigue prefiriendo el tradicional estilo del Judo Japonés basado en la búsqueda permanente del más puro ippon con técnicas espectaculares, preferentemente, sin makikomi ni apoyar ambas rodillas en el tatami. Al mismo tiempo, mantiene su “romanticismo”, esperando que un liviano gane en el Campeonato Nacional Libre de Peso que sigue siendo el campeonato de mayor prestigio que determina al “más fuerte del año” independientemente de las categorías por peso.
Por ello, en lo más alto de las preferencias de los aficionados japoneses, se encuentran Isao OKANO (1944) considerado como el “Sugata Sanshiro de la Era Showa (1926 – 1989)” y Toshihiko KOGA (1967 – 2021) como el “Sugata Sanshiro de la Era Heisei (1989 – 2019), en alusión al personaje de la novela llevada al cine “Sugata Sanshiro” de Tsuneo TOMITA (1904 – 1967) inspirado en Shiro SAIGO (1866 – 1922), uno de los llamados “Cuatro Guardianes del KODOKAN”, junto a Yoshitsugu YAMASHITA, Sakujiro YOKOYAMA y Tsunejiro TOMITA (padre del autor de la novela). Para la actual Era Reiwa (2019 -), tras la 2da medalla de oro olímpica conseguida en los JJOO de Tokyo 2020, Shohei OHNO se ha convertido en uno de los mayores ídolos actuales entre los aficionados japoneses.
OKANO, con 80kg, fue el 2do ganador de la Triple Corona del Judo Japonés, al haber ganado en 2 oportunidades el Campeonato Nacional Libre de Peso, en 1967 y 1969, tras haber sido campeón olímpico y mundial de la categoría -80kg, respectivamente, en los JJOO de Tokyo 1964 y el Campeonato Mundial de Río de Janeiro 1965.
Por su parte, KOGA, poseedor de un estilo aguerrido y explosivo, además de haber sido campeón olímpico de la categoría -71kg en los JJOO de Barcelona 1992 y subcampeón de la categoría -78kg en Atlanta 1996 y 3 veces campeón mundial, en Essen 1987, Belgrado 1989 (-71kg) y Chiba 1995 (-78kg), llegó a ser subcampeón en el Campeonato Nacional Libre de Peso de 1990, cuando cayó en la recordada final ante Naoya OGAWA quien lo superaba en peso por más de 30kg.
Por otra parte, se suele considerar como los judokas “más fuertes de todos los tiempos” al legendario Masahiko KIMURA (1917 - 1993) y Yasuhiro YAMASHITA (1957). KIMURA fue campeón nacional durante 13 años, entre los campeonatos de la preguerra y los primeros de la posguerra, manteniendo su condición de invicto durante 15 años hasta su retiro en 1949, mientras que YAMASHITA es el máximo ganador del Campeonato Nacional Libre de Peso con 9 campeonatos ganados en forma consecutiva entre 1977 y 1985, además de haber sido campeón olímpico en los JJOO de Los Ángeles 1984 y 4 veces campeón mundial, retirándose con un récord de 203 combates invictos durante 7 años y 6 meses.
Los ganadores de la Triple Corona del Judo Japonés como los mencionados OKANO y YAMASHITA forman parte de un reducido grupo de judokas más reconocidos que suman 11 en total, entre 8 varones y 3 mujeres. Los 8 ganadores varones son, por orden cronológico, Isao INOKUMA (1938 – 2001), Isao OKANO (1944), Haruki UEMURA (1951), Yasuhiro YAMASHITA (1957), Hitoshi SAITO (1961 – 2015), Kosei INOUE (1978), Keiji SUZUKI (1980) y Aaron WOLF (1996) y las 3 ganadoras mujeres son Noriko ANNO (1976) y Maki TSUKADA (1982) y Akira SONE (2000).
Sone (izq.), Inoue y Suzuki (cent.) y Wolf (der.)
Tal es el prestigio que otorga ser ganador de la Triple Corona que los actuales presidentes de las 2 máximas instituciones del Judo Japonés, el KODOKAN y la Federación Japonesa de Judo (AJJF), están presididas por 2 de sus ganadores, Haruki UEMURA y Yasuhiro YAMASHITA, quienes, al retirarse de las competencias, ocuparon el cargo de director técnico de la selección masculina como lo fueron también, Hitoshi SAITO y Kosei INOUE y actualmente lo es Keiji SUZUKI.
En los últimos Juegos Olímpicos de Tokyo 2020, al ganar en sus respectivas categorías, Aaron WOLF y Akira SONE se convirtieron respectivamente en el 8vo ganador de la Triple Corona Masculina y en la 3ra ganadora de la Triple Corona Femenina. Para ello, debieron pasar 17 años desde que Keiji SUZUKI ganara la categoría +100kg en los JJOO de Atenas 2004 y se convirtiera en el 7mo y último ganador masculino y 14 años desde que Maki TSUKADA completara ganando la categoría +78kg en el Campeonato Mundial de Río de Janeiro 2007, para convertirse en la 2da ganadora femenina.
Todos los ganadores de la Triple Corona se encuentran entre preferencias del aficionado japonés a los que se agregan, entre muchos otros, además del mencionado KOGA, Ryoko TANI (1975; TAMURA de soltera), 2 veces campeona olímpica y 7 veces campeona mundial y Tadahiro NOMURA (1974), campeón mundial y 3 veces campeón olímpico.
Nomura (izq.) y Tani (der.)
Si bien la cantidad de combates ganados o medallas logradas son datos inapelables de la realidad, normalmente, los aficionados preferimos la valoración subjetiva de los atletas que depende de los gustos y preferencias, según la importancia que le otorgue cada uno a los distintos factores, tales como las cualidades técnicas o tácticas, la actitud, el carisma, etc.
Además, en una disciplina en constante evolución como el Judo, resulta prácticamente imposible comparar tanto a los atletas como los estilos de distintas épocas, ya que han cambiado en forma sustancial tanto la preparación de los atletas como los reglamentos de competencia y arbitraje, quedando la valoración de los mismos a gusto o preferencia de cada uno.
Personalmente, considero que el Judo no sólo ha evolucionado, sino también ha mejorado en el tiempo, por lo que está de más decir que soy de los que prefieren al Judo actual que, como todas las cosas, tiene aún muchos aspectos que podrían ser mejorados.
Actualmente, me gusta mucho la destreza con que se desenvuelven casi todas las integrantes de la selección femenina japonesa en el manejo de las técnicas de ashi-waza y en la transición a newaza. En cuanto a los atletas, tengo mis preferidos para cada década y entre los actuales, mis preferidos son Natsumi TSUNODA, entre las mujeres y Shohei OHNO y Aaron WOLF, entre los varones.
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