El Entrenamiento Táctico en el Judo.
En las distintas Notas en las que nos referimos sobre la gran performance de lograda por los representantes japoneses en los últimos JJOO de Tokyo 2020 quienes obtuvieron un total de 12 medallas, entre 9 medallas de oro, 2 de plata y 1 de bronce, destacamos sobre el importante rol que cumplió la preparación táctica que permitió perfeccionar durante el año de postergación obligada por la Pandemia del COVID-19.
En más de una oportunidad, nos referimos que la selección japonesa logró aprovechar al máximo este período de postergación durante la cual prácticamente no hubo competencias, para la preparación táctica a través del mejor conocimiento de los principales rivales, mediante el sistema de análisis de videos de combates, junto a la preparación física y técnica que incluyó la incorporación de alguna técnica nueva que no se encuentre en el “radar” de los rivales por parte de los atletas.
Así, se pudieron observar en gran parte de los atletas japoneses una importante mejora en el kumite o agarre que es el punto de partida para llevar adelante cualquier táctica de combate, así como una gran disciplina y paciencia para llevar adelante un plan táctico de combate.
De esta forma, quedó demostrada la importancia de la táctica, ratificando lo que se suele afirmar en las disciplinas de combate como el Judo, que “no gana aquel atleta que posea las mejores cualidades físicas como resistencia, fuerza, velocidad y agilidad, como tampoco quien sea capaz de realizar los gestos técnicos de la mejor forma desde el punto de vista biomecánico, sino aquél que haya planteado mejor los combates desde el punto de vista táctico, logrando percibir las más disímiles y variadas situaciones que se presentan durante los combates, analizándolas correctamente y ejecutando el elemento técnico apropiado, desde la valoración de su propia condición y la de su oponente”.
La preparación táctica se ha tornado más que importante para el Judo Japonés, ante el avance en el nivel técnico de los atletas principalmente europeos que ha eliminado la ventaja técnica que venían manteniendo los japoneses, mientras que éstos aún no han podido alcanzar el poderío físico que aún mantienen los europeos en algunas categorías. Para ello, cuenta con un poderoso sistema de análisis de videos de combates que provee a los entrenadores y atletas una importante cantidad de informaciones sobre los rivales, además de las imágenes de videos.
Para tratar de entender mejor el tema, a continuación, recordamos algunas definiciones y conceptos teóricos sobre la táctica principalmente en los deportes de combate. Algunos autores definen a la táctica como “el conjunto de componentes que se integran para satisfacer una serie de situaciones durante los combates que está dirigida a la utilización racional de sus posibilidades y al total aprovechamiento de las deficiencias y errores del oponente”.
Otros autores la definen como “las adaptaciones que realizan los atletas a condiciones inesperadas que se producen durante una partida” (Grehaigne y Godbout, 2012), o la “relación y aplicación creativa y oportuna de recursos, métodos y formas para el combate más eficiente con el adversario en las condiciones de competencia” (T. Zhelyazkov, 2001) o el “proceso en que se conjugan todas las posibilidades físicas, técnicas, teóricas, psicológicas y demás, para dar solución inmediata a las disímiles situaciones imprevistas y cambiantes que se crean en condiciones de oposición” (Álvarez, 2002).
Asimismo, para la aplicación efectiva de la táctica, se requiere de una preparación teórica y una preparación práctica del atleta que consiste, por un lado, en la adquisición de los conocimientos teóricos en el campo de la táctica y por otro, en su dominio práctico que se consigue a través de un entrenamiento táctico que permita a los atletas a resolver las más diversas situaciones de combate, especialmente aquellas que lo complican en forma particular. Cabe recordar que la alta efectividad y eficiencia de la táctica no depende solamente de la preparación táctica, sino también de la preparación técnica, física y psicológica del atleta.
Sin dudas, el entrenamiento táctico de los atletas de elite se está tornando cada vez más sofisticado especialmente en los países más desarrollados, apoyado por los sistemas de análisis de videos de combates que permiten a los atletas conocerse mejor a sí mismo y a sus principales rivales. Cuanto más elevado sea el nivel de los atletas, el entrenamiento táctico pasa a ser cada vez más focalizado, con prácticas de randoris situacionales en las que se simulan situaciones específicas reales de combate con determinados rivales. Para ello, resultan fundamentales los compañeros de equipo, los “sparrings” que suelen contar los atletas de elite para su entrenamiento y su propio entrenador para simular las situaciones y a los rivales para que el atleta encuentre las formas efectivas de evitar y/o resolver aquellas situaciones que más lo complican. Asimismo, resulta importante la práctica situacional no sólo para evitar o resolver las situaciones que lo complican sino también para conducir el combate hacia situaciones que más lo favorecen para cada rival, incluyendo las posibilidades de inducir o evitar la transición a newaza.
En general, el atleta de elite, además de contar con los medios y recursos apropiados para realizar un entrenamiento táctico eficiente, ya cuenta con una elevada capacidad de análisis y percepción para fijar por sí mismos una táctica de combate y de cambiarlas en el momento oportuno si fuera necesario, con una capacidad de toma de decisión rápida y oportuna. Incluso, hay algunos atletas superdotados que son capaces de improvisar para resolver situaciones ni siquiera imaginadas.
Takato (izq.) y Wolf (der.)
Si bien no hay dudas que la preparación táctica cuyo entrenamiento se concentra especialmente en el último período precompetitivo resulta determinante entre los atletas de elite para mejorar su performance en las competencias, el dilema para el instructor medio es cómo ir incorporando progresivamente los componentes tácticos en las prácticas de los practicantes novicios y medios, para acercarse a las prácticas situacionales en los practicantes avanzados.
Personalmente, opino que, para los practicantes novicios y medios, debería priorizarse el dominio de la técnica que supone, de ante mano, una ventaja táctica y, en segundo lugar, la preparación física que condicional la técnica y la táctica, para avanzar en forma progresiva en el conocimiento táctico, ya que la experiencia es un componente fundamental para el mismo.
Tal vez, una primera aproximación a la táctica tenga que ver con la forma de resolver el agarre en kenka-yottsu, contra oponentes con agarre asimétrico (diestro contra zurdo). En este sentido, la “Teoría de la las 6 Secciones” y el “Autodiagnóstico” basado en la misma, propuestos por Kenichiro AGEMIZU, director técnico del poderoso equipo masculino de la Universidad TOKAI podría resultar de gran utilidad para abordar la cuestión táctica entre los practicantes medios.
Agemizu y sus libros
Cabe recordar que las “6 Secciones” son el resultante de la combinación de los 3 tipos de estatura de los oponentes (igual, más alto y más bajo) con los 2 tipos de agarre, ai-yottsu y kenka-yottsu). Para abordar las 6 Secciones, AGEMIZU agrupa las técnicas de nage-waza más usadas en los “BIG 6” o los 6 grandes, compuestos por seoi-nage (ippon-seoi-nage), uchimata, osoto-gari, harai-goshi, tai-otoshi y ouchi-gari y los “SMALL 4” o los 4 chicos, kosoto-gari, kouchi-gari, de-ashi-barai y sasae-tsurikomi-ashi, para combinarlos entre sí en las distintas secciones.
Notas relacionadas:
Sone y Akimoto (izq.) y Sone (der.)
Si bien, tal como afirma el mencionado Kenichiro AGEMIZU, uno de los pocos especialistas japoneses que ha publicado libros sobre táctica y entrenamiento situacional, las situaciones de combate que se podrían simular son infinitas y el atleta, cuanto mayor cantidad de situaciones tenga practicada, minimizaría aquellas situaciones que dejaría librado al azar, sin embargo, lo más común y eficiente es que cada atleta se concentre en practicar aquellas situaciones desfavorables que lo complican con mayor frecuencia y de allí, ir ampliando hacia distintas derivaciones y variantes. Gran parte de estas situaciones están ligadas con la ventaja o desventaja en la puntuación, el tiempo restante de combate estando en ventaja o desventaja y la ubicación en el área de combate, especialmente en el borde o en un rincón del mismo.
Por ejemplo, al estar en ventaja en la puntuación, o sea, con un waza-ari a favor, un atleta tendría 2 opciones básicas, 1) mantener la ventaja hasta la finalización del combate, sin asumir demasiados riesgos o 2) tratar de terminar cuanto antes el combate, buscando un 2do waza-ari, asumiendo algún riesgo. La decisión táctica debería ser tomada, teniendo en cuenta el estado de uno mismo y el rival (si es técnica y/o físicamente superior) y su estado (especialmente de cansancio). Para lograr mantener exitosamente una ventaja por un determinado tiempo requiere también de un entrenamiento específico para presionar con un kumite apropiado que minimice las posibilidades ataque del oponente y al mismo tiempo, mostrar una intención de ataque sin asumir demasiados riesgos para evitar ser penalizado, aunque podría llegar a “ceder” algún shido, siempre que no haya acumulado 2. Asimismo, con una ventaja de 2 shidos acumulados por el rival, una táctica válida es el de forzarlo a un 3er shido para que pierda el combate, presionándolo para que no pueda atacar o que salga del área de combate, o bien, buscar que los 2 sean penalizados simultáneamente.
Por otra parte, al estar en desventaja con 1 waza-ari en contra, especialmente, faltando poco tiempo para la finalización del combate, el atleta está obligado a forzar un ataque, asumiendo riesgos de recibir un contraataque, con la aplicación no necesariamente de su tokui-waza, sino de alguna técnica sorpresiva o un sutemi-waza, sin opciones, salvo la técnica a utilizar.
El manejo del ritmo de combate o la regulación de su intensidad es otro componente importante en la táctica, especialmente para un grupo de atletas japoneses que tienen mayor ventaja sobre sus rivales (que suelen cansarse más rápidamente) cuanto más se alarga el combate o los que tienen mayor probabilidad de ganarlo cuando entran en su segunda mitad o, incluso, en Golden Score.
Debido a que, para resolver cualquier situación, resulta fundamental prevalecer en la disputa del kumite o agarre, la práctica de la disputa del kumite es un componente importante dentro de la práctica situacional del entrenamiento táctico, tanto para imponer rápidamente el kumite o para alargar su disputa y buscar un kumite que neutralice las posibilidades de ataque del oponente, más que para buscar un ataque efectivo. Tal es así que, entre los atletas de elite del más alto nivel, su entrenamiento ocupa una gran parte de su preparación táctica.
Las situaciones desfavorables más comunes deberían ser practicadas tanto para evitarlas como para superarlas, incluyendo más de una alternativa, para poder cambiar de táctica cuando la primera alternativa no da el resultado esperado.
Arai (izq.) y Hamano (der.)
Quisiera finalizar, extractando algunos párrafos referidos a la toma de decisiones en el entrenamiento táctico contenidos en el trabajo “Ciencia y Entrenamiento en Judo; Volumen 2” (2017) de los brasileros Antonio C. TAVARES Jr. y Alexandre J. DRIGO:
“Tomar la decisión correcta es la piedra angular de entrenamiento táctico, imprescindible en los deportes de naturaleza abiertos, como los deportes de combate en general, en un contexto impredecible, la ejecución de una técnica depende del comportamiento táctico del atleta (GRECO, 2013)”.
“Las configuraciones situacionales en cada momento del combate, en el caso del Judo, concatenado con puntajes y penalizaciones, tiempo restante, estado psicológico, condición física de ambos, técnicas preferidas del oponente, orientación recibida, calidad técnica, motivación, reglas y varios factores que interactúan en el tiempo y el espacio son esenciales para la toma de decisión (GARGANTA, 2001)”.
“El entrenamiento táctico influye en aspectos clave de la toma de decisiones que abarcan “qué hacer” (relacionado con el objetivo de la acción), “cómo hacerlo” (elección de la técnica / movimiento que se va a realizar), “dónde hacerlo” (espacio o rincones disponibles para la ejecución), “cuándo hacerlo” (tiempo exacto para realizar la acción). Cuanto mayor sea el rendimiento competitivo, mayor será la dependencia técnica, en relación con el conocimiento táctico (PAULA et al., 2000; GARGANTA, 2001; TAVARES, 1999; GRECO, 2013)”.
“En Judo, como en otros deportes de combate, este proceso de toma de decisiones es extremadamente dinámico y presenta gran variabilidad técnica, aleatoriedad, muchas posibilidades tácticas y dinámicas particulares para cada categoría de peso. Por lo tanto, el entrenamiento táctico en Judo también debe ofrecer este dinamismo, por lo cual, sin dudas, no es tarea fácil. En este sentido, Garganta (1998) y Graça y Mesquita (2002) afirman que “para mejorar la toma de decisiones, el atleta necesita desarrollar las habilidades para la resolución de problemas, considerando la cantidad de presión inherente a la competencia”. Los autores llaman a esta práctica “una apelación a la inteligencia, como capacidad de adaptación a un contexto específico, constantemente cambiante". Así, parece deseable que el atleta de Judo de alto rendimiento, está dotado de algunos conocimientos tácticos para manejar la toma de decisiones en todo momento del combate”.
Uta Abe (izq.) y Hifumi Abe (der.)
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