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Juan Carlos Yamamoto sensei

La situación del Judo, Sumo y disciplinas del Budo en Japón.


La situación del Judo, Sumo y disciplinas del Budo en el Japón actual: los desafíos en la Era de la Globalización.

En la presente nota, trataremos sobre la situación actual en Japón de algunas otras disciplinas del Budo junto a su globalización, con particular foco en el Sumo, analizando los desafíos que enfrentan, marcando sus similitudes y diferencias con el Judo.

Si bien la Asociación Japonesa de Budo (Nippon Budo Kyogikai) que nuclea a 9 organizaciones representativas de las principales disciplinas del Budo como Judo, Kendo, Kyudo, Sumo, Karate-do, Aikido, Shorinji Kempo, Naginata y Jukendo, indica en su Página Oficial que la cantidad estimada de practicantes de las disciplinas que nuclea es de aproximadamente 2,5 millones de personas, se trata de una cifra difícil de comprobar su certeza y mucho más,estimar una cantidad por cada disciplina de ese total, ya que no hay un único criterio de cuantificación por cada organización o disciplina.

Del mismo modo, la Universidad Internacional de Budo (Kokusai Budo Daigaku) habla de 5 millones de practicantes en Japón y 50 millones en el mundo.

Según la Federación Japonesa de Kendo, la población de practicantes se eleva a aprox. 1,66 millones de personas (2007), mientras que la cantidad de practicantes registrados por la Federación de Judo es de 153.000 practicantes (2017).

La cantidad estimada de practicantes de Aikido es de aprox. 1 millón, Karate de aprox. 500.000 (estimando como alrededor de 120.000 por cada una de las 4 principales escuelas), Kyudo de aprox, 141.000 practicantes (2015) y Sumo de solo alrededor de 5.700 practicantes (2016).

Como se puede apreciar, algunas federaciones como la del Judo, solo contabilizan aquellos practicantes registrados cuya mayoría lo hace solo para poder participar en las competencias oficiales o rendir algún examen de graduación y muchos practican sin estar registrados en la federación.

Por otra parte, la estadística que lleva el gobierno acerca de la práctica de deportes sobre la base de encuestas tampoco nos da demasiadas certezas. Según la encuesta realizada en el año 2016 sobre el deporte practicado más de una vez al año por la población mayor de 10 años, el Kendo ocupa el puesto 20 con 692.000 practicantes y el Judo el puesto 21 con 652.000 practicantes, siendo los deportes más practicados la caminata y ejercicios livianos (46,8 millones), gimnasia con aparatos (16,6 millones) y bowling (14,3 millones).

Para una frecuencia de 2 a 3 veces al año, la cantidad de practicantes de Kendo se reduce a 119.000 y de Judo a 57.000 personas.

A su vez, de acuerdo a una estadística del Ministerio de Educación del año 2015, los deportes más practicados en las escuelas secundarias de nivel superior (16 a 18 años) eran futbol (538 cada 10.000 estudiantes), béisbol (508/10.000) y basquetbol (486/10.000), mientras que las disciplinas del Budo y los deportes de combate son los que tienen relativamente menos practicantes como el Kyudo (198), Kendo (139), Judo (65), Karate (29), boxeo (7) lucha (6) y Sumo (3).

Asimismo, entre el Judo, Kendo y Sumo que fueron incluidos entre las disciplinas del Budo a elegir para la práctica obligatoria en las escuelas secundarias de nivel inferior (13 a 15 años), el Judo fue la disciplina más elegida con el 64,1%, seguida por el Kendo con el 37,5% y el Sumo con el 3,4% (así y todo, el Sumo tuvo algún inconveniente en contar con la cantidad suficiente de instructores).

Los practicantes de estas disciplinas como parte de la educación obligatoria, no se contabilizan como practicantes, haciéndolo solamente a quienes lo practican como actividad extra-curricular para formar parte del equipo representativo de la escuela y participar en las competencias estudiantiles.

Cabe recordar que, entre las disciplinas del Budo, el Karate y el Sumo han disputado un lugar en los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 y que finalmente, la balanza se inclinó hacia el Karate que fue incluido entre las competencias para dichos juegos, junto al Judo que es deporte olímpico desde los Juegos de Tokyo 1964.

Uno de los temas que más preocupa a las organizaciones relacionadas con el Budo en general y en particular, a las organizaciones de Sumo (tanto amateur como profesional) y Judo, es la disminución continua de la cantidad de practicantes, a pesar de los esfuerzos que vienen realizando para su difusión y promoción.

Si bien en Japón, no existe un “deporte nacional” reconocido oficialmente por el gobierno, generalmente se considera al Sumo como tal, ya que hubo una “autoproclamación” por parte de las autoridades del Sumo, desde que denominó “Kokugikan” o Palacio del Deporte Nacional al estadio construido en 1909 para realizar sus campeonatos.

Más tarde, la Asociación Japonesa de Sumo que maneja la actividad profesional definió al Sumo como deporte nacional dentro de su estatuto.

Actualmente, existen en Japón, dos organizaciones que rigen la actividad del Sumo, son ellos la Asociación Japonesa de Sumo (fundada en 1925) que se ocupa de la actividad profesional y la Federación Japonesa de Sumo (fundado en 1946) que se ocupa de la actividad amateur.

El Sumo tiene sus orígenes en las antiguas artes de luchas utilizadas en los duelos que fueron creadas en gran parte de las civilizaciones de la antigüedad y se encuentra mencionado en los primeros relatos históricos publicados en el Siglo VIII, donde se relatan duelos entre personajes legendarios, como parte de ritos o festividades de carácter religioso, pidiendo o agradeciendo a los dioses buenas cosechas.

Posteriormente, en los Períodos Kamakura y Sengoku (fines del Siglo XII a comienzos del Siglo XVII), pasó a ser un arte marcial practicado por los guerreros samuráis para ser aplicado en los campos reales de batalla.

Al mismo tiempo, las competencias mantuvieron su carácter de espectáculo público y de entretenimiento, con luchadores que hacían del Sumo su oficio.

Desde la Período Edo (1603 a 1868) hasta la actualidad, ha venido evolucionando como un deporte incorporado en la cultura tradicional japonesa, con sus reglas y formalidades que prácticamente no han sufrido cambios a lo largo de los siglos.

El Sumo Profesional, así como el Sumo Amateur, enfrentan actualmente un problema común que es la disminución de sus practicantes.

En el caso del Sumo Profesional que tiene un calendario de 6 torneos por año con alrededor de 700 luchadores, desde alrededor del 2000, experimenta un incremento de luchadores extranjeros y un predominio en el tope del ranking de luchadores mongoles sobre los luchadores japoneses. Tal es así que, fue muy celebrado por los aficionado japoneses, cuando en enero de 2017, el luchador japonés Kisenosato se consagró como Yokozuna (la más alta categoría en el Sumo Profesional) Nro. 72, tras 19 años en que un luchador japonés no lograba alcanzar dicha categoría (Wakanohana fue el último japonés en alcanzarlo en el año 1998), habiendo sido los 5 anteriores todos extranjeros, 4 mongoles y 1 hawaiano.

Los 3 Yokozunas actualmente en actividad, además del mencionado Kisenosato, son los mongoles Hakuho y Kakuryu

Hakuho quien es Yokozuna desde 2007, ostenta un récord excepcional de 40 torneos ganados y 63 combates consecutivos sin derrota.

Por otro lado, la Federación Japonesa de Sumo viene impulsando la difusión internacional del Sumo, con vistas a convertirlo en una disciplina olímpica. Fue así que impulsó la creación de la Federación Mundial de Sumo en 1992, año en que se realizó el Primer Campeonato Mundial de Sumo (masculino).

A partir del año 2001, se incluyó también la categoría femenina en el mismo Campeonato Mundial y a partir del 2005, fue incorporado como disciplina oficial en los Juegos Mundiales (World Games), después de haber sido una disciplina invitada en la edición anterior del 2001 realizada en Akita, Japón.

Los Juegos Mundiales es un evento multideportivo de nivel mundial apoyado por el Comité Olímpico Internacional (COI) en el que participan aquellos deportes que no integran los Juegos Olímpicos, como lo hicieron en algún momento el Taekwondo y el Karate, antes de ser incluidos en los Juegos Olímpicos.

El Sumo Profesional se nutre de atletas provenientes del Sumo Amateur tanto del Japón (principalmente de los equipos universitarios y secundarios) y del extranjero.

La Asociación realiza 6 convocatorias anuales de aspirantes a luchadores profesionales en concordancia con las fechas de los torneos, aunque la mayoría de los aspirantes se concentran en la convocatoria de marzo que coincide con la época de la finalización del año lectivo, quedando algunas otras convocatorias sin aspirantes.

Los aspirantes, una vez que hayan aprobado el examen médico, participan en las luchas preliminares del torneo, quedando aprobado al ganar tres combates para participar oficialmente desde el torneo siguiente. Luego, toman un curso preparatorio teórico-práctico de 6 meses para aprender los fundamentos del Sumo que dicta la asociación.

Durante el año 2017, fueron admitidos 82 nuevos aspirantes y la cantidad total promedio de competidores que participaron en los 6 torneos del año fue de 669 luchadores que representaron a un total de 47 escuelas (donde viven y entrenan los luchadores).

Los nuevos luchadores admitidos empiezan a cobrar una asignación mínima que irá ascendiendo de acuerdo a su ascenso en el ranking por los resultados que vaya obteniendo en los torneos.

Una tendencia innegable es la creciente internacionalización de las disciplinas del Budo que comenzó con la creación de la Federación Internacional de Judo en 1951 con solo 11 países afiliados y que actualmente cuenta con 200 países, que fue seguida por Karate (que ya cuenta con más de 170 países afiliados) y Kendo que tuvieron su federación internacional en 1970, Shorinji Kenpo en 1974, Aikido en 1976, Naginata en 1990, Sumo en 1992 y Kyudo en 2006.

Todas las organizaciones del Budo se refieren sobre sus respectivas disciplinas como una expresión de la cultura tradicional de Japón, pero, especialmente aquellas organizaciones de disciplinas competitivas, manifiestan su preocupación por el sesgo creciente en lo deportivo y competitivo que van tomando las disciplinas, de la mano de su internacionalización que ellos mismos vienen fomentando.

Si bien la preservación de la cultura tradicional y la internacionalización del Budo con sesgo en lo competitivo parezcan ser cuestiones contrapuestas, la internacionalización es consecuencia del interés en la cultura japonesa y los aspectos filosóficos de Budo a nivel internacional que ha crecido significativamente en las últimas décadas.

El caso del Judo en Francia cuya penetración asciende a 0,89% (aprox. 572.000 practicantes) de la población es un caso que se está siguiendo con mucho interés en Japón donde la penetración es de solo 0,12% (aprox. 150.000 practicantes), a pesar de ser el país de origen.

Este interés hacia Japón y su cultura, hace que, por ejemplo, los torneos de Sumo o las visitas a las escuelas de Sumo, se conviertan en atracciones turísticas o que se organicen Torneos de Sumo Profesional en el extranjero.

Precisamente, junto al inicio del nuevo milenio, al mismo tiempo que se verifica un interés creciente en la cultura japonesa a nivel mundial, el Gobierno de Japón introdujo la obligatoriedad de la enseñanza del Budo (a elegir entre el Judo, Kendo y Sumo) en las escuelas secundarias de nivel inferior desde el 2012, como una forma de reforzar el conocimiento sobre la cultura tradicional japonesa entre los jóvenes para su formación como futuros ciudadanos del mundo, orgullosos de la cultura tradicional de su país.

Sin embargo, este esfuerzo que viene haciendo el gobierno junto a las organizaciones relacionadas con el Budo para promover su práctica, por el momento, no se ha visto reflejado en el aumento de la población de practicantes, especialmente en aquellas disciplinas de combate como el Judo y el Sumo, como sí se observa en disciplinas como el Kyudo (arquería). Personalmente, estimo que los resultados de este esfuerzo comenzarán a verse en forma concreta en la siguiente generación

Aunque, tal como se mencionó más arriba, hay coincidencia sobre el carácter del Budo como una expresión de la cultura tradicional de Japón, vale la pena recordar que el Budo, como tal, nace como una “nueva cultura tradicional”, no hace mucho más de un siglo como una reacción a la corriente de occidentalización que impulsó la Restauración Meiji (1866 a 1869) y la consecuente preocupación por la pérdida de la identidad tradicional japonesa.

La Restauración Meiji fue el período que marcó el fin del feudalismo japonés y el comienzo de la Era Meiji en el que se produjo una gran transformación política y social, incluyendo la abolición del sistema de castas, el fin de los privilegios que gozaban los samuráis y la posterior prohibición del uso y portación del sable (katana).

Fue a partir de esta época en que las disciplinas del Bujitsu que eran practicadas principalmente por los guerreros samuráis entran en decadencia, ya que las mismas tenían como objetivo su aplicación práctica en los campos de batalla, con un resultado concreto que era la vida o la muerte.

Como consecuencia de ello, se produjo la “modernización” del Bujutsu, liderado por Jigoro KANO que crea el Judo a partir del Jujutsu, transformándolo en un deporte con reglas, eliminando aquellas técnicas peligrosas o cualquier elemento de violencia y agregándole componentes educativos y filosóficos relacionados con la realización individual y el respeto a los demás, lo que normalmente se conoce como transformación del “jutsu” (arte o técnica) al “do” (camino).

Es así que el Jujutsu se transforma en Judo, el Kenjutsu en Kendo y el Bujutsu en Budo.

Incluso, la Asociación Japonesa de Sumo, utiliza la denominación de “Sumo-do” cuando fija su objetivo en su estatuto. O sea que, el Budo fue algo que fue creado como “contra cultura” ante la corriente de occidentalización que se vivía en ese entonces en Japón, para preservar la cultura tradicional que había entrado en decadencia.

Lo llamativo es que Jigoro KANO fue un verdadero visionario que creó el Judo con solo 22 años de edad, pensando desde su inicio en su difusión a nivel nacional e internacional. Así fue que, décadas más tarde, KANO pasó a liderar el movimiento olímpico en Japón y Asia, siendo el primer representante japonés (y asiático) en el Comité Olímpico Internacional y llegando a lograr la elección de Tokyo como sede de los Juegos Olímpicos de 1940 que no se concretaría debido al inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Es probable que, al entrar en este nuevo siglo y milenio, el Budo esté atravesando un nuevo proceso de modernización de la mano de la globalización que, en el caso del Judo, se podría afirmar que se manifiesta en los campeonatos mundiales de Katas y de Veteranos (masters). Esto no sería otra cosa que otro de los sueños de Jigoro KANO concretados, ya que esto estaría impulsando el interés por el estudio y la práctica de los Katas, por un lado y, por otro, la práctica del Judo a lo largo de todas las etapas de la vida.

No hay dudas que en el proceso de internacionalización de la cultura de un país para ser trasmitido y expandido a otros países necesita de una adaptación a la cultura de la sociedad de cada país de destino para ser aceptado, así como ha requerido algún tipo de adaptación a los cambios en su propio país de origen para que pueda ser trasmitido y aceptado por las nuevas generaciones (aunque para algunos tradicionalistas ello represente una “concesión inadmisible”).

Por ejemplo, hace 50 años, habría sido algo inimaginable que las mujeres practiquen Sumo, como lo hacen actualmente.

Cabe recordar que, bajo la Segunda Guerra Mundial, el Budo había tomado un sesgo militarista y como reacción a ello, tras la derrota en 1945, el Comando de las Tropas Aliadas de Ocupación prohibió la práctica del Budo que, más tarde, sería admitido, pero solo como práctica deportiva. Fue precisamente después de la guerra que se produce la segunda ola de la internacionalización con la creación de las distintas federaciones internacionales.

Tal como se indicó más arriba, con el advenimiento del nuevo milenio y el avance de la globalización, se observa un creciente interés en la cultura japonesa a nivel global que incluye las disciplinas del Budo. Esto ha hecho que muchos de sus practicantes e instructores profundicen en el estudio de los principios filosóficos del Budo y también, encuentren nuevas formas de prácticas, como el de los Katas en el caso del Judo.

Judokas (entre ellos, Harasawa, Wolf) practicando Sumo

Al mismo tiempo, en Japón, reconociendo al Budo como una de las expresiones de la cultura tradicional que tiene vigencia a nivel internacional, organizaciones y universidades especializadas vienen trabajando activamente tanto en la investigación como en la formación de recursos humanos altamente calificadas para trasmitir y expandir el espíritu del Budo, para poder atender a esta nueva demanda a nivel internacional.

El cómic o MANGA también es usado como material para promocionar el sumo entre los jóvenes japoneses.

De esta llamativa forma explican como se hace para ingresar al sumo Profesional. Muy interesante y explicativo.

Leé el capitulo completo (en kanji) de "El Deporte Nacional con tus manos."

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