Isao OKANO, Una Leyenda Viviente del Judo Mundial
(y oveja negra del Judo Japonés?)
Isao OKANO (1944- ) es uno de los 7 ganadores de la Triple Corona del Judo Japonés, el segundo en obtenerla y el más antiguo entre los vivientes, dado el fallecimiento del primero, Isao INOKUMA (1938 – 2001). De los campeonatos obtenidos para la Triple Corona, el primero fue la medalla de oro de la Categoría Mediano obtenida en los Juegos Olímpicos de Tokyo 1964 con sólo 20 años de edad. Seguidamente, obtuvo el primer puesto de la misma categoría en el Campeonato Mundial realizado en Río de Janeiro en 1965. Finalmente, en 1967, ganó el Campeón Nacional Libre de Peso en una final ante Nobuyuki SATO (1944-, 9no Dan), cosa que repetiría en 1969 en una final ante Yukio MAEDA, habiendo salido subcampeón en 1968 cuando perdió la final ante Takeshi MATSUZAKA (1939 – 2014, 9no Dan), llegando así a tres finales consecutivas.
OKANO es uno de los ganadores más livianos del Campeón Nacional Libre de Peso, habiendo ganado con solo 80kg y por ello y por su gran virtuosismo tanto en tachiwaza como en newaza, es considerado como uno de los judokas más sobresalientes de todas las épocas. Sin embargo, debido a algunos aspectos de su comportamiento posterior a su retiro de las competencias, rompiendo algunas normas (por ejemplo, mostrándose con Anton GEESINK en judoguis de color, en una época en que ni siquiera se hablaba de los judoguis azules) o actuando fuera del “sistema institucional”, junto a alguna postura crítica frente a la dirigencia y ciertos aspectos del Judo “oficial”, su última graduación otorgada por el KODOKAN es de 6to Dan, mientras que los ganadores inmediatamente posteriores de la Triple Corona como Haruki UEMURA (1951-. actual presidente del KODOKAN) y Yasuhiro YAMASHITA (1957-, actual presidente de la Federación Japonesa de Judo), ya ostentan respectivamente el 9no y 8vo Dan.
Se retiró en 1969, con sólo 25 años de edad, después de ganar por segunda vez el Campeonato Nacional Libre de Peso, creyendo haber llegado a su techo como competidor. Luego de un breve paso por la Universidad TENRI, a los 26 años, fundó en su ciudad natal, Ryugasaki de la Prefectura de Ibaraki, a unos 45 km del centro de Tokyo, su propia academia “SEIKI-JUKU” (正気塾) que condujo durante aproximadamente 3 años donde albergó una gran parte de los mejores competidores de la época recién egresados de las universidades y que tuvo que cerrar por el retiro de uno de los principales auspiciantes.
Posteriormente, fue designado Director Técnico del equipo que participó en el Campeonato Mundial llevado a cabo en 1973 en Lausana (Suiza) donde el equipo japonés obtuvo la totalidad de las 6 medallas de oro en juego. También, fue el director técnico del equipo que participó en los Juegos Olímpicos de Montreal 1976, donde logró 3 medallas de oro de las 6 categorías en disputa, incluyendo la correspondiente a la categoría libre de peso que se le venía negando a Japón y que fue obtenida por Haruki UEMURA, junto una medalla de plata y otra de bronce. A pesar de ello, al término de los juegos olímpicos, fue despedido como director técnico de la selección japonesa y luego, fue entrenador de Judo en distintas universidades (sin equipos de Judo del más alto nivel) como la Universidad KEIO (1989 – 1998), la Universidad de Tokyo (1989 – 2000), la Universidad CHUO (2014 -) y la Universidad RYUTSU KEIZAI (donde fue profesor de la Facultad de Deportes y Ciencias de la Salud y Director del Equipo de Judo y actualmente profesor honorario).
En su época de competidor, se destacó con su poderoso seoi nage (que fue perfeccionando a partir del sode tsurikomi goshi de sus inicios) que aplicaba tanto de derecha como de izquierda y combinaba con algún ahi waza, especialmente el kouchi gari. Al mismo tiempo, se destacó por su destreza en newaza que se ocupó de perfeccionar especialmente después de haber sido derrotado en el combate de octavo de final en el Campeonato Nacional Libre de Peso de 1964 por Yoshiro OKUDA (1941- ), un reconocido especialista en shime waza de solo 70kg. Es muy recordada la variante de juji jime, una de las especialidades del mencionado OKUDA, que OKANO aplicó en el combate con el francés Lionel GROSSAIN en cuartos de final de los Juegos Olímpicos de Tokyo 1964, iniciando desde abajo tras inducir al rival a retenerlo y que termina desmayándolo y también, reanimándolo él mismo (la técnica es muchas veces confundido, por algún parecido, con la “anaconda” del luchador brasileño de MMA, Antonio NOGUEIRA).
En tachi waza, estudió, aplicó y enseñó el principio del “gonosen” que consiste en presionar al adversario para inducir o provocar su ataque para aprovechar la fuerza del mismo y así, ejecutar su propia técnica para alcanzar el ippon, cosa que le resultaba de gran utilidad para derribar adversarios mucho más pesados.
Su academia SEIKI-JUKU (正気塾) fundado cuando tenía solo 26 años representó, de hecho, una de sus primeras experiencias como entrenador y fue donde se puso a la cabeza de los competidores de primera línea, viviendo y entrenando duramente a la par de ellos. En SEIKI-JUKU, se entrenaba en triple turno que se iniciaba con un trote de aprox. 1 hora que se comenzaba normalmente a las 05:45 y 2 prácticas de Judo de aprox. 2 horas, una a la mañana y otra a la tarde, continuando con la rutina que venía realizando en la Universidad CHUO en su época de competidor. Las prácticas vespertinas, principalmente de randori, se realizaban, en muchos casos, visitando dojos de distintas universidades y de la Policía Metropolitana
Como competidor, su máximo objetivo fue ganar en la categoría libre de peso, acentuado desde la derrota en dicha categoría del representante japonés, Akio KAMINAGA (1936 - 1993), en los Juegos Olímpicos de Tokyo 1964, lo que significó un gran golpe para el Judo japonés, a pesar de haber obtenido el resto de las medallas de oro en juego. Para lo cual, OKANO de solo 80kg, estaba obligado a entrenar mucho más intensamente que sus rivales más pesados y fue por ello que, entre otras cosas, tras la práctica vespertina de 2 horas de randori, continuaba con sus sesiones de 1000 uchickomis con una banda elástica atada en un árbol o algún otro trabajo físico especial (cabe recordar que era la época que se hacía mucho “salto rana” y lagartijas).
De su época de competidor, OKANO cuenta que en el medio de las sesiones de randori, como en los combates de los campeonatos a partir de alrededor de la tercera ronda en adelante, lograba entrar en un estado de flujo (o zona) de concentración plena con un balance entre el cuerpo y la mente que lo hacía imbatible llegando a instancias finales. Fue así que sus derrotas se produjeron siempre en las primeras rondas, no perdiendo casi nunca en una semifinal o final de campeonato. Su peso normal era de 78kg y especialmente para competir en la categoría libre de peso, parte de sus esfuerzos estaba orientado a aumentar de peso para llegar como mínimo a los 80kg.
Además del grupo de competidores japoneses de primera línea, uno de los competidores extranjeros destacados que se entrenaron en su academia SEIKIJUKU fue el holandés Willem RUSKA (3 años mayor que OKANO), quien obtuvo las medallas de oro en las categorías pesado y libre de peso en los Juegos Olímpicos de Munich 1972. RUSKA se entrenó con OKANO unos 6 meses, repartidos en 3 períodos previos a dichos juegos.
En idioma japonés, “JUKU” significa academia y “SEIKI”, si bien es una palabra que tiene su raíz en la poesía china, OKANO al utilizarlo como denominación para su academia, optó por su acepción más literal de “espíritu correcto”, que es tiene que ver con honestidad o sinceridad absoluta (concepto de ”makoto”(誠), una de las 7 virtudes del Bushido, según Inazo NITOBE). De todos modos, OKANO fue muy explícito al fijar como objetivo de su academia, la formación de física y mental de las personas sobre la base de principios budistas.
Tal vez, desde su propia experiencia y sus creencias budistas, está convencido de que la única forma efectiva de fortalecer el físico y la mente es el entrenamiento físico riguroso en la búsqueda de la perfección técnica y que una vez alcanzado el equilibrio justo entre la técnica, el físico y la mente, se alcanzaría naturalmente la formación moral de una persona, descreyendo de la utilidad de la formación teórica (cabe recordar que en la época de su academia SEIKIJUKU, era aún una usanza común y aceptada el “castigo físico”, como parte del entrenamiento).
Su academia SEIK-JUKU fue aunque breve, una experiencia casi única en la historia del Judo japonés, en la que se logró reunir luchadores del más alto nivel para que convivan y entrenen con un entrenador excepcional. Sin embargo, este tipo de proyecto innovador emprendido por alguien tan joven como lo era OKANO en su momento, no hicieron más que incrementar su fama de “joven díscolo” dentro de un ambiente más bien conservador que caracterizaba el Judo.
También, es crítico de los recientes cambios en el reglamento de competencia y en su opinión, un cambio en las dimensiones del judogui (más holgado) permitiría lograr un cambio altamente positivo para mejorar las competencias. Ya, en su época de competidor, prefería usar judoguis holgados que le permitían aprovechar a su favor el juego que se produce entre el judogui y su cuerpo.
Fue en su época de director técnico de la selección japonesa cuando publicó los libros que se convertirían en dos clásicos, se tratan de “Vital Judo (Tachiwaza)” publicado en 1972 en coautoría con Tetsuya SATO y el “Vital Judo (Newaza)” publicado en 1975.
Ambos libros que mostraban distintas variaciones de técnicas ejecutadas tanto por OKANO como por los mejores competidores del momento en fotografías seriadas poco comunes para la época se convirtieron, en poco tiempo, en un material obligado para todo instructor, sus versiones en inglés tampoco demoraron en ser publicadas y, con el tiempo, se convirtieron en dos verdaderos clásicos.
Actualmente, OKANO, con su calidad intacta a pesar de sus 74 años, sigue recorriendo el país y el mundo, dictando brindando clínicas y conferencias para trasmitir sus conocimientos y su experiencia.