El respeto a las tradiciones y la cultura en la educación.
En las notas anteriores ya se ha venido destacando la tendencia que se venía observando en los últimos años en Japón sobre la revalorización de los aspectos educativos de las disciplinas del BUDO en general y del Judo en particular, poniendo “en agenda” algunos aspectos sobre los valores educativos del Judo que ya, su creador, Jigoro KANO había destacado en el momento de su creación, hace más de 130 años.
Jigoro KANO había indicado como meta del Judo, como “el camino para la formación integral de las personas” que debía formar, a través del entrenamiento físico y mental, personas íntegras que contribuyan a la sociedad,
Asimismo, enfatizó que la correcta práctica del Judo, con un sólido aprendizaje de sus principios y sus fundamentos, no solo debía servir para obtener resultados en la competencia deportiva, sino también, para ser practicado como un deporte para toda la vida.
Tan es así que la revisión realizada en el 2006 de la Ley Fundamental de Educación que establece el marco normativo del sistema educativo del Japón y que fue promulgado originalmente en 1947, refleja este pensamiento y entre los objetivos de la educación, destaca “el respeto a las tradiciones y la cultura de Japón”.
Cabe destacar que la Ley Fundamental de Educación en su Artículo 1 (meta) señala: “La educación tendrá como meta el pleno desarrollo de la personalidad y deberá ser implementado para formar ciudadanos sanos física y mentalmente, dotados con las cualidades necesarias como integrantes de un estado y una sociedad pacífica y democrática”.
Y, el punto 5 del Artículo 2 (objetivos) indica como uno de los objetivos de la educación: “fomentar la actitud de respetar nuestras tradiciones y cultura, amar el país y la región en que se crió, el respeto a otros países y el deseo de contribuir a la paz mundial y al desarrollo de la comunidad internacional”.
Evidentemente, esta reforma de la Ley de Educación viene a responder a la demanda de actualización del sistema educativo para hacer frente a los cambios que se vinieron observando en las últimas décadas como el avance de la globalización, el progreso de las tecnologías, principalmente de información y comunicación (IT), la aceleración de la competencia internacional basadas en las ideas, los conocimientos y los recursos humanos, junto a la necesidad creciente de la convivencia y cooperación internacional con culturas y civilizaciones distintas.
También, se ha reconocido la necesidad de profundizar el conocimiento sobre las tradiciones y la cultura de Japón y de sus distintas regiones (principalmente donde uno ha nacido y se ha criado) y reforzar la educación tendiente a trasmitir y desarrollar sus virtudes, con el fin de formar recursos humanos que se puedan desenvolverse exitosamente en la sociedad internacional.
Asimismo, se admite la importancia de que el propio japonés, se reconozca como un ciudadano del mundo y aprecie las tradiciones y la cultura de Japón y sus regiones, de modo que Japón pueda seguir siendo un país bien reconocido en el mundo.
Fue dentro de este marco y con el propósito de que los estudiantes puedan apreciar las bondades de la cultura japonesa a través del contacto directo con una de sus manifestaciones más representativas que son las disciplinas del BUDO, fue que se puso en marcha la obligatoriedad de la práctica de una disciplina del BUDO, a elegir entre el Judo, Sumo y Kendo en las escuelas secundarias del nivel inferior, a partir del año 2012.
De esta forma, se buscó “volver a las fuentes” para recuperar o reforzar aquellas cualidades espirituales de los japoneses que los distinguieron y posibilitaron a Japón recuperarse del desastre de la guerra y transformarse en una potencia mundial, tales como la importancia del espíritu de “omoiyari” (capacidad de pensar en los demás y actuar en consecuencia)” y el “rei” que es su demostración o exteriorización que son las bases del BUSHIDO o código moral de los samuráis.
Esto, por otro lado, significó un importante impulso para el mundo del Judo aquejado, entre otras cosas, por la disminución creciente de practicantes de Judo especialmente entre niños y adolescentes (mayor que el índice de disminución de la población originada por la baja tasa de natalidad), aunque dejó en descubierto problemas tales como la falta de instructores suficientemente capacitados (además de la carencia de infraestructura en algunos colegios) lo que obligó a la Federación Japonesa de Judo a instituir un sistema de certificación oficial de instructores y un sistema de capacitación, a partir del 2013.
Al mismo tiempo, resultó ser una gran oportunidad tanto para el KODOKAN como para la Federación Japonesa de Judo de reforzar algunos aspectos formativos del Judo que se venían perdiendo junto al creciente sesgo excesivamente competitivo que venía tomando el Judo desde las categorías infantiles y volver a las fuentes, o sea, a las enseñanzas de Jigoro KANO y al Judo como BUDO.
Sin dudas, si bien los cambios en el entorno social y económico del Japón y las consiguientes transformaciones en los hábitos de vida de las últimas décadas han traído aparejado una notable mejora en el nivel o la calidad de vida de los japoneses, estos cambios produjeron un debilitamiento en algunas de las cualidades espirituales de la sociedad japonesa que la distinguieron y sirvieron como motor para el desarrollo del Japón en la posguerra.
Por ejemplo, el cambio de hábito de vida en los niños ha hecho que se verifique una tendencia decreciente de la fuerza y de la capacidad motriz en los niños y adolescentes lo que se observa junto al incremento de la estatura y el peso motivado por los cambios en los hábitos alimenticios que trajo aparejado el mejoramiento del nivel de vida (en Japón, se realiza anualmente un control de la fuerza y de la capacidad motriz de los niños en edad escolar).
De igual modo, los nuevos hábitos de vida han hecho que la nueva generación de japoneses pierda algunas habilidades de socialización y que algunas cualidades espirituales como las de “omoiyari” (o la capacidad de pensar en los demás y actuar en consecuencia), responsabilidad, abnegación y perseverancia se hayan visto debilitadas
Por consiguiente, además del principal valor educativo que se persigue con la práctica del Budo que es el mejor conocimiento de la cultura y las tradiciones del Japón, se podría señalar como valores educativos complementarios del Judo Infantil a los siguientes aspectos:
Mejora de la fuerza y la capacidad motriz de los niños (principalmente, agilidad y equilibrio)
Dominio del “shizentai” (mejora de la postura)
Adquisición de la capacidad de autodefensa
Mejora de la capacidad de socialización
Adquisición del hábito del “rei” (saludar, agradecer, respetar, etc.)
Adquisición del hábito de cumplir las reglas
Puesta en práctica del espíritu de “omoiyari” (capacidad de pensar primero en los demás y actuar en consecuencia)
Adquisición de la capacidad de hacer frente a las dificultades
Al respecto, cabe destacar que Yasuhiro YAMASHITA, ex gran campeón y actual presidente de la Federación Japonesa de Judo que, en su momento, fuera convocado a integrar una comisión asesora para estudiar la reforma educativa que fuera plasmada en la nueva Ley, opinaba que la práctica del Judo, Sumo o Kendo era solo una excusa para que los adolescentes puedan aprender más sobre la cultura y el espíritu de Japón. Además, consideraba que practicar Judo es “una oportunidad para que el estudiante tome contacto con la cultura tradicional del Japón, por el solo hecho de estar descalzo sobre un tatami, vestir un kimono (judogui), sentarse en posición seiza y realizar el zarei”. Igualmente, ponía énfasis en la importancia de aplicar lo aprendido dentro del dojo en la vida diaria.
El KODOKAN en su página oficial tiene una sección con el título de “Valores Educativos del Judo” donde reproduce el contenido de una conferencia dictada por Jigoro KANO (conocido también como el “padre de la educación” y “padre de la educación física”) en el año 1932 en la Universidad del Sur de California, Los Ángeles, en oportunidad de los X Juegos Olímpicos de Los Ángeles algunos de cuyos párrafos más relevantes son los siguientes:
Existe un principio común que puede explicar verdaderamente a todos los BUJUTSU. Se trata del principio que utiliza el cuerpo y la mente en la forma más efectiva. En el combate del BUJUTSU, se aplica este principio universal.
Este principio puede ser aplicado también en las demás actividades de las personas. El mismo principio sirve para mejorar el físico, fortalecerlo, hacerlo más saludable y facilitar su movimiento. Asimismo, se puede también sistematizar la educación física en forma apropiada.
También puede ser aplicado para mejorar el intelecto y el espíritu de autocontrol y es posible sistematizar la educación intelectual y la educación moral con un método que aplica este principio.
Al mismo tiempo, puede ser aplicado para sistematizar los métodos de estudio y aprendizaje de cuestiones relacionadas con la vida diaria como la alimentación, la vestimenta., la vivienda, las relaciones sociales y las formas de trabajar.
He denominado “JUDO” a este principio universal. Por ello, el JUDO, en el más amplio sentido, es uno de los métodos de educación mental y física, o sea, un método de entrenamiento, además de ser un modelo para la vida y el trabajo de las personas.
Aquél que llegue a comprender cabalmente este principio, podrá aplicarlo para realizar con habilidad todas las cosas necesarias de su vida y además, como podrá pulir las técnicas del JUJUTSU, tendrá la posibilidad de obtener importantes beneficios.
Existen otros métodos, además el JUDO, para el aprendizaje de este principio.
Pero, utilizando el método utilizado para la enseñanza del JUDO, las personas podrán tener un cuerpo saludable y ágil y al mismo tiempo, podrán ir comprendiendo, paso a paso, los principios universales. Por ello, he iniciado la enseñanza del JUDO a través de las prácticas del randori y los katas.
Para finalizar, quisiera ampliar sobre el concepto de ”omoiyari” (思いやり) que si bien se ha aclarado como la capacidad de ”pensar en los demás y actuar en consecuencia”, se trata de un concepto muy característico de la cultura japonesa y muy difícil de explicar y mucho más, traducirlo o expresarlo con un solo término (aunque muchas veces aparece traducido como consideración, compasión, piedad, empatía, etc.).
Se trata de un concepto muy amplio y profundo utilizado también en el BUSHIDO, código moral de los samuráis, que implica la capacidad de “pensar primero en los demás o percibir lo que pasa por la mente de los otros, principalmente de los más débiles o los que se encuentran en desventaja, y actuar en consecuencia”. Por lo tanto, “omoiyari” es también un principio fundamental en la práctica del Judo, así como el “rei”, que, como se señalara más arriba, es la exteriorización del “omoiyari”.
Es por ello que, por ejemplo, un gesto desmedido de festejo ante un triunfo en una competencia no está bien visto entre los japoneses en general y los judokas en particular, por considerarse una falta de respeto hacia el adversario derrotado.