Revaloración de la importancia del KUMITE.
Tal como hemos destacado en las Notas referidas a la buena performance de los representantes japoneses en los recientes JJOO de Tokyo 2020, una de las claves del éxito fue el aprovechamiento del período de postergación para profundizar el estudio de los principales rivales y practicar las distintas formas de neutralizar sus ataques y encontrar las oportunidades para ejecutar un ataque efectivo.
En este sentido, el estudio del kumite o agarre de los rivales y el perfeccionamiento del mismo para neutralizarlos cumplió un rol fundamental en gran parte de los atletas japoneses en los que se pudieron observar notables avances en el manejo de su kumite. Uno de los casos más notables fue el gran avance observado en Chizuru ARAI, medalla de oro en la categoría -70kg, de quien varios analistas coincidían en que el kumite era su mayor debilidad (especialmente en el agarre con su hiki-te) y que su éxito dependería de su mejoramiento para imponer su propio kumite.
Para perfeccionar el estudio del kumite de los principales rivales, el sistema de análisis de videos de combates que fue mejorado para esta oportunidad incluyó el análisis de la tendencia o secuencia del kumite de los atletas, dividiendo en 14 zonas el judogi, lo que permitió tomar un mejor conocimiento de la forma de agarre de los rivales, desde cómo inicia el agarre (la secuencia del agarre) o desde qué tipo de agarre inicia el ataque con una determinada técnica. Esto permitió a los entrenadores a cargo de los atletas encontrar, junto con los atletas, las formas más efectivas para neutralizar a los rivales, anticiparse a los ataques y encontrar las debilidades en el agarre de sus rivales para iniciar un ataque.
En este período olímpico, especialmente en la selección femenina bajo la dirección de Katsuyuki MASUCHI, se observó, en general, un gran avance en el kumite y en el combate en newaza. En la selección femenina, una de las claves en el mejoramiento del kumite fue la incorporación, como entrenador especial, del ex campeón mundial Hiroyuki AKIMOTO, un especialista en kumite, como entrenador especial quien terminó siendo el entrenador a cargo de Akira SONE, medallista de oro de la categoría +78kg. quien también mostró un gran avance en su kumite, logrando convertir su baja estatura para la categoría en una ventaja. En el estudio de los rivales, se prestó particular atención en los 3 principales rivales de cada categoría, incluyendo un análisis minucioso de la secuencia de sus agarres, para neutralizarlo o anticiparlo con un ataque.
Así como hemos indicado en una nota anterior, tanto los propios atletas y entrenadores como muchos analistas han destacado como una característica común entre los campeones la “paciencia” con que plantearon cada uno de los combates, para esperar la mejor oportunidad para ejecutar un ataque efectivo, aprovechando el cansancio y la desconcentración de sus rivales. Para ello, resultó fundamental el conocimiento de sus rivales y la capacidad de mantener un buen kumite para neutralizarlo e iniciar un ataque, siendo el mejor ejemplo, Takanori NAGASE, medallista de oro de la categoría -81kg quien ganó 4 de sus 5 combates en Golden Score, manteniendo la distancia o ma-ai más favorable con un muy buen kumite que le permitió provocar el desgaste de sus rivales, sin que le implique demasiado desgaste para él.
Otro campeón que mostró un gran avance en su kumite fue Hifumi ABE (-66kg) quien ya, en la definición de la plaza olímpica frente a Joshiro MARUYAMA, hizo la diferencia con su kumite con el que nunca permitió acomodarse a su rival con su clásico agarre con las 2 manos para que tenga efecto su uchimata de izquierda. También, sorprendió con su agarre de las 2 mangas en varios combates, especialmente en la final contra el georgiano Vazha MARGVELASHVILI, manteniéndolo a distancia y sorprendiéndolo en la definición con un osoto-gari que encadenó tras un sode-tsurikomi-goshi. Su hermana Uta ABE, también, mostró en la final ante la francesa Amandine BUCHARD el resultado de haberla estudiado minuciosamente en su kumite que la había complicado en la final del Grand Slam de Osaka 2019 donde la venció por un waza-ari obtenido con un kata-guruma iniciado con el agarre cruzado con ambas manos.
Arai vs Taimazova (izq.) y Sone vs Ortiz (der.)
Si bien el Judo Japonés se caracteriza por el agarre tradicional o clásico de solapa y manga, el secreto radica en la forma en que cada uno llega a imponer y mantener este agarre, neutralizando o incomodando a los rivales, cumpliendo con la regla de oro de iniciar con el agarre de manga con el hiki-te en caso de agarre ai-yottsu o simétrico y con el agarre de solapa con el tsuri-te, en caso de agarre kenka-yottsu o asimétrico. Esto se entrena principalmente en randori con compañeros de distintas características de perfil y talla. Se entrena también en forma focalizada a través del método de situaciones, con compañeros que simulan determinadas situaciones de combate o características de rivales, para mejorar la capacidad de respuesta ante las mismas.
A nivel internacional, los atletas japoneses son ampliamente reconocidos por su fortaleza en el agarre con las 2 manos, por lo que, en general, sus rivales tratan de evitar ser agarrados con las 2 manos o acortar la distancia con el agarre por la espalda o por detrás de la nuca para no darle la distancia necesaria para que los japoneses puedan desplegar la técnica y plantear un combate a corta distancia donde prevalezca la fuerza. El manejo de la distancia apropiada con un buen kumite le permite al judoka japonés ejecutar correctamente el kuzushi, tsukuri y kake en sus ataques para compensar la menor fuerza de brazo frente a los rivales europeos que prefieren un combate más físico a menor distancia.
Otra característica de los judokas japoneses de elite es la capacidad de diferenciar las fases de ataque y defensa con el kumite, especialmente con el manejo de las muñecas lo que le permite “regular” el ritmo de combate y la distancia y el consiguiente desgaste. En particular, el kumite en fase de defensa con el tsuri-te relajado y su puño apoyado en el pecho del oponente permite percibir con anticipación sus movimientos y anticiparse en la defensa.
Shohei OHNO quien obtuvo su 2da medalla de oro en la categoría -73kg en los últimos JJOO es uno de los más fieles representantes del kumite clásico japonés y en consecuencia, su kumite es uno de los más temidos y estudiados por su rivales que, normalmente, tratan de impedir su agarre, tal como lo intentó en la última final el georgiano Lasha SHAVDATUASHVILI a quien pudo vencer con un waza-ari obtenido con un sasae-tsurikomi-ashi a los 5‘26“ del Golden Score, tras un combate desgastante en el que el georgiano fue cediendo su kumite hasta que OHNO encontró el resquicio para ejecutar un ataque exitoso. OHNO dedicó muchas horas de su entrenamiento para mejorar su kumite, cediendo el agarre a sus compañeros de randori o practicando todo el tiempo con agarre de izquierda.
Nagase vs Mollaei (izq.) y Ohno vs Shavdatuashvili (der.)
Con relación a la importancia del kumite, si bien todos coinciden que es un factor determinante en la resolución de los combates, resulta interesante la diferencia que existe entre los judokas japoneses en la percepción sobre la función prioritaria que se le asigna, de acuerdo a los resultados obtenidos por un estudio realizado por investigadores de la Universidad KOKUSHIKAN a un amplio grupo de practicantes e instructores.
Se trata de un estudio que se realizó a través de una encuesta con 34 preguntas u opciones ordenadas en forma aleatoria con 3 grandes grupos de preguntas que, a su vez, se dividían en subgrupos de percepciones. Estos 3 grupos de preguntas se referían a percepciones del kumite como 1) un factor determinante para el desarrollo de los combates (A: el kumite activo para el ataque y defensa centrado en uno mismo, (B: el kumite activo para el ataque y defensa de ambos contendientes y (C: el kumite negativo para ataque y defensa), 2) un factor relacionado con la esencia del Judo (D: el kumite como medio de ataque y defensa culturalmente tradicional y (E: el kumite como algo netamente formal) y 3) otras (F).
El grupo de respuestas que obtuvo el mayor porcentaje fue el E (kumite como algo netamente formal) con el 32% seguido por el B (kumite activo para el ataque y defensa de ambos contendientes) y F (otras) que obtuvieron el 22%, el A (kumite activo para el ataque y defensa centrado en uno mismo) con el 13%, el C (kumite negativo para ataque y defensa) con el 7% y el D (kumite como medio de ataque y defensa culturalmente tradicional) con el 4%.
Este resultado da a entender que el agarre tradicional o clásico está tan arraigado en el Judo japonés que una parte importante de los practicantes no le presta especial atención al kumite.
Las siguientes preguntas u opciones que se utilizaron en la encuesta para cada grupo de respuestas, aunque corresponden a un entorno cultural del Judo distinto, nos permiten reflexionar sobre cómo percibimos al kumite y cómo lo enseñamos a nuestros alumnos:
E) Kumite como algo netamente formal (32%)
-El kumite es algo necesario para el desarrollo del combate
-El kumite es importante en el combate, aun dejándose agarrar suficientemente por el oponente
-El kumite tiene efecto en las formas de utilizar el cuerpo y desplazar la chaqueta del judogi
-El kumite es la forma de utilizar las muñecas
-El kumite debe servir para mantener el agarre, en lugar de cortar o romper el agarre
B) Kumite activo para el ataque y defensa de ambos contendientes (22%): patrón de ataque y defensa que tiene permanentemente en cuenta los movimientos propios y los del oponente
-Plantear el combate a partir de un kumite desfavorable
-El kumite es un factor importante que permite desequilibrar al oponente con un paso y encontrar la oportunidad para avanzar un paso
-Un kumite sólido es el que permite trasmitir todos los movimientos (hacia adelante, atrás y a los costados) y las intenciones al oponente
-El kumite es importante para inducir los movimientos del oponente
-En la actualidad, se ven pocos ataques y defensas con ambos contrincantes bien agarrados
A) Kumite activo para el ataque y defensa centrado en uno mismo (13%): patrón de ataque que tiene principalmente en cuenta los movimientos de uno mismo, sin tener en cuenta al oponente
-El kumite es agarrar al oponente de modo que éste no pueda hacer nada
-En el kumite, se amplían las posibilidades al lograr bajarle la cabeza al oponente
-En el kumite, la condición para ganar es anticiparse en el agarre
-El kumite es un factor importante para agarrar primero y marcar el ritmo del combate
-En el kumite, se debe persistir hasta conseguir el agarre favorable
F) Otras (13%)
-El kumite es el primer paso para percibir al oponente
-El kumite es algo útil para mantener la postura
-El kumite es determinante en la resolución de los combates
-El kumite es la paciencia y la perseverancia que definen los combates
-En el kumite, no se deben hacer concesiones
C) Kumite negativo para ataque y defensa (7%): no agarrar ni dejarse agarrar
-Es importante un kumite que no permita ejecutar una técnica al oponente
-Se debe estudiar las formas de ejecutar técnicas al momento del agarre
-Táctica para ejecutar una técnica en el borde del área de combate, tras haber retrocedido evitando el agarre del oponente
-Táctica para cortar el agarre del oponente
-Búsqueda de la penalización del oponente, sin agarrar suficientemente, pero evitando ser penalizado por Judo Negativo
D) Kumite como medio de ataque y defensa culturalmente tradicional (4%): patrón que permita moverse libremente, priorizando la base del Judo
-Una técnica dinámica debe surgir desde el ataque y la defensa con ambos contrincantes agarrados
-Un buen kumite debe neutralizar el ataque del oponente y crear la oportunidad para la contra técnica
-El kumite es un factor importante para el ataque y la defensa y el taisabaki
-Una posición estable se obtiene desde un buen kumite
-El kumite es el primer paso para trasmitir la intención al oponente
-El kumite es un factor importante para realizar correctamente el kuzushi, tsukuri y kake
Evidentemente, la percepción “E” corresponde a la del Judo tradicional japonés, mientras que el “B” a la del Judo japonés competitivo actual. Así, “E” corresponde a la percepción del kumite de los antiguos maestros que ponían particular énfasis en la importancia de adquirir la capacidad de realizar un ataque exitoso aun desde un kumite desfavorable.
Si bien hay suficientes evidencias que, en la alta competencia, el kumite es determinante en la resolución de los combates y los atletas de elite prestan igual o mayor atención a su perfeccionamiento que al de sus tokui-waza, personalmente, creo que se debe iniciar con la enseñanza de la base con el agarre clásico y tradicional de solapa y manga, para luego ir avanzando progresivamente con prácticas de kumite cada vez más sofisticadas, ya que avanzar con la práctica del kumite sin una base suficiente, impediría o retardaría el desarrollo integral del atleta.
Abe vs Margvelashvili
Me gustaría poner sobre la mesa el apunte que sensei Okano hizo a la selección japonesa: el énfasis excesivo del kumite sobre el tai sabaki. Recordemos que les aconsejó enfocarse más en el tai sabaki, que ha sido olvidado en el judo competitivo moderno. Personalmente creo que el exceso de atención al kumite se traduce en un judo menos estético en el cual se juega a dar manotazos y hay poca acción. Como varios maestros (entre ellos Nomura) recalcaron, sin agarre no hay judo y como bien señala el artículo, de acuerdo al judo tradicional deberíamos poder derribar en cualquier situación; es parte del principio de adaptabilidad del "Ju".