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Foto del escritorJuan Carlos Yamamoto

La Cultura Escolar de Japón y el Judo

Para muchos occidentales, el Judo es el punto de contacto o la puerta de ingreso para conocer la Cultura Japonesa. Asimismo, el mayor conocimiento de algunos aspectos de la Cultura Japonesa nos permite entender mejor el espíritu del Judo Japonés o al “Judo como Budo”.

En la presente Nota, trataremos de presentar algunos aspectos de la educación japonesa relacionados con el Judo y su creador, Jigoro KANO y otras particularidades de la “Cultura Escolar” que nos permitirán entender mejor el Judo Japonés.


La “Fuerza Vital” y la “Educación intelectual, moral y física”

“Fuerza Vital” (Ikiru Chikara) es un concepto incorporado en la Educación de Japón que implica un conjunto de cualidades y capacidades de las personas para vivir en una sociedad altamente cambiante como la actual. Fue utilizada por primera vez por el Consejo Central para la Educación del Ministerio de Educación, Cultura, Deporte, Ciencia y Tecnología (MEXT) en el Informe sobre la Educación para el Siglo 21 en el año 1996, definiendo como “la capacidad y cualidad del individuo que le permiten descubrir, por cuenta propia, temas de trabajo, aprender y pensar por sí mismo, discernir y actuar con criterio propio, y resolver problemas de una mejor manera. De igual forma, es una cualidad humana que, al ser enriquecida, le permite mantener la armonía con los demás, al disciplinarse a sí mismo y al poseer la sensibilidad para conmoverse, de tener un espíritu compasivo”.


“Fuerza Vital”


Esta “Fuerza Vital” fue establecida como uno de los objetivos a ser alcanzado por la educación del Siglo 21, para lograr el desarrollo armónico de los niños con equilibrio entre la educación intelectual, moral y física, revirtiendo el sesgo a la educación intelectual que caracterizó la educación de la segunda mitad del Siglo 20.

Este principio se encuentra plasmado en la revisión de la Ley Básica de Educación realizada por primera vez en el año 2006 desde que fuera promulgado en el año 1947 que establece entre uno de los objetivos de la educación “que los estudiantes adquieran un conocimiento y una cultura de amplio alcance, fomenten el valor de la búsqueda de la verdad y cultiven una rica sensibilidad y un sentido de la moralidad, además de fortalecer la salud física”.

Sin embargo, este concepto no es nuevo en la educación japonesa ya que había sido introducido en el primer período de su modernización que tuvo 2 hitos fundamentales, las reformas de la Restauración Meiji y las reformas de la Posguerra. La Restauración Meiji que, en el año 1868, puso fin al sistema feudal del Shogunato de Tokugawa (1603 – 1868) que mantuvo al Japón prácticamente aislado del mundo durante más de 260 años y dio lugar al nuevo Gobierno del Emperador Meiji (1852 – 1912) que encaró un agresivo proceso de modernización y occidentalización de los sistemas socioeconómicos que incluyó la reforma educativa.

En 1871, fue promulgado el Decreto de Educación, la primera ley orgánica sobre educación, que tomaba el modelo norteamericano de 3 niveles, primaria, secundaria y superior y el modelo francés de administración pública centralizada y de un sistema de distritos escolares. Para la implementación de este nuevo sistema educativo, el gobierno envió misiones de observación y una gran cantidad de jóvenes ilustrados para capacitarse en el extranjero y al mismo tiempo, contrató a numerosos asesores y docentes extranjeros para organizar su sistema educativo y dictar clases.

Al eliminarse el sistema de castas vigente durante el Shogunato de Tokugawa, durante el cual los guerreros samuráis ocupaban la cima del sistema y gozaban de los mayores privilegios que incluían la mejor educación para sus hijos, se impulsó una educación laica y universal. Por ello, a pesar de que los samuráis perdieron sus privilegios, los miembros ilustrados provenientes de sus familias ocuparon los cargos claves del nuevo gobierno.


Emperador Meiji, Primer Ministro Ito, Ministro Mori y Spencer


En 1885, se implementó el sistema de gabinete en lugar del régimen de “DAJOKAN” que era una imitación del sistema político de corte imperial tradicional y fue nombrado Hirobumi ITO (1841 – 1909) como Primer Ministro y Arinori MORI (1847 – 1889) como Ministro de Educación. Al tratar el tema de la legislación de la Constitución Nacional, ITO tomó como modelo la de Prusia de Alemania, cuyo país tenía mayor similitud en la situación nacional con la de Japón, respecto de Inglaterra o Francia. Fue desde entonces que se incrementó también la influencia de Alemania en los campos tanto académicos como tecnológicos.

El Ministerio de Educación con MORI como ministro, promulgó, en 1886, las leyes específicas por cada nivel de educación, la “Ley de Escuela Primaria”, la “Ley de Escuela Secundaria y la “Ley de Universidad Imperial” y también la “Ley de Escuela Normal”, fundando en cuyo marco la Escuela Normal Superior de Tokyo como la institución encargada en la formación de docentes de la educación secundaria, así como de las escuelas normales. MORI le dio una gran importancia al personal docente y a su formación, por lo que le otorgó una alta jerarquía a la escuela normal. Con esto, MORI pretendía formar docentes con cualidades alineados con la ideología de la nación, para lo que impuso un sistema de internado para sus alumnos y un régimen de entrenamiento físico del tipo militar.

Tanto MORI como muchos intelectuales japoneses de la época como Jigoro KANO, estuvieron muy influenciados por el filósofo británico Herbert SPENCER (1820 - 1903) cuyos libros traducidos al japonés tuvieron un gran éxito durante las décadas del ´80 y el ´90, a quien MORI habría conocido personalmente durante su estadía en Londres como consejero de la Embajada del Japón.

Precisamente, uno de los libros de SPENCER publicado en 1861 se titula “Educación: Intelectual, Moral y Física” y fue bajo su influencia que MORI asignó gran importancia a la armonía o equilibrio entre la educación intelectual, moral y física, sin priorizar alguno de ellos.


Universidad Imperial de Tokyo (1905) y Escuela Normal Superior de Tokyo (1887)


Cabe recordar que Jigoro KANO (1860 - 1938) fue el tercer rector de la Escuela Normal Superior de Tokyo, cargo que ejerció desde 1893 hasta 1920, con breves interrupciones durante las cuales ejerció cargos en el mismo Ministerio de Educación. Asimismo, cuando KANO concibió el Judo como un sistema de educación, se basó en estos 3 componentes de la educación planteados por SPENCER.

Según KANO, el orden de prioridad o importancia entre los 3 componentes era; 1°) educación moral, 2°) educación física y 3°) educación intelectual, pero consideraba que el orden o secuencia para implementar la educación debía ser; 1°) educación física, 2°) educación moral y 3°) educación intelectual y como consecuencia de ello, proponía a “la educación física como educación moral” y fue para ello que transformó el Ju Jutsu en Judo, agregándole el componente de educación moral (do).

Jigoro KANO que tenía 8 años al momento de la Restauración Meiji fue un verdadero producto del nuevo sistema educativo, ya que, a los 10 años había comenzado a estudiar el idioma inglés y en 1877, había ingresado a la Universidad de Tokyo que fue fundada ese mismo año y que, en 1886, pasaría a ser la Universidad Imperial de Tokyo con la promulgación de la Ley de Universidad Imperial y sería la única universidad hasta el año 1897 en que fue fundada la Universidad Imperial de Kyoto. KANO se graduó en el año 1881 en Política y Economía de la Facultad de Humanidades y continuó los estudios de Ética y Estética y al mismo tiempo, inició su carrera como docente hasta que, en 1889, fue enviado por el Ministerio de Educación a Europa durante 1 año y 4 meses para estudiar los sistemas educativos de distintos países y se convertiría en uno de los continuadores de la segunda generación de reformas impulsadas por el Ministro MORI quien falleció asesinado en el año 1889.


La Cultura Escolar y la Cultura de la Sociedad

En Japón, existe una “cultura escolar” influenciada, en gran medida, por las expectativas que tiene la sociedad hacia la escuela, además de los principios morales e ideas, las costumbres y las modas generalizadas en la sociedad. Si bien esta “cultura escolar” depende básicamente de las actividades de la escuela y su personal docente, pero también se debe reconocer que existen códigos informales que comparten la escuela y la comunidad para que dichas actividades se desarrollen normalmente. Por ejemplo, entre los miembros de la comunidad y el personal docente existe un reconocimiento compartido que “la escuela es algo importante” o que “la escuela es un patrimonio común”.

Entre las características más distintivas de esta “cultura escolar” de Japón que tienen algún punto de contacto con el Judo, se pueden citar la “conciencia colectiva”, la “disciplina” y las “actividades voluntarias”.

(1) Conciencia colectiva

En las escuelas japonesas, resulta habitual que los alumnos realicen distintas actividades formando grupos o equipos, incluyendo la práctica y la competencia deportiva. Estas actividades estimulan el compañerismo, el sentido de pertenencia y el amor hacia la escuela. Asimismo, al poseer distintivos que se pueden compartir entre toda la escuela como su himno, su bandera, su escudo, su uniforme, etc., refuerzan el sentido de pertenencia y el amor a la escuela. Se considera que por medio de todo esto, los alumnos reconocen “la escuela / clase como algo de su propiedad” y llegan a adquirir dicha conciencia y amor, formando así la unidad como grupo y mejorando la eficiencia y el efecto de las actividades educativas de la escuela.

Precisamente, esta “conciencia colectiva” es lo que convierte a las competencias de Judo por equipo en la modalidad más importante de competencia a nivel estudiantil que impulsa a los practicantes a esforzarse para llegar a ser parte del equipo representativo de la escuela y así, poder competir representando a la escuela del que tiene un fuerte sentido de pertenencia y amor.


Campeonatos por Equipo


(2) Disciplina

Entre los elementos que determinan la forma de conducta de los alumnos, se encuentra la disciplina. La disciplina en las escuelas sirve para formar y mantener el orden del grupo en que los alumnos estudian. En Japón, se ha venido concediendo particular importancia a la disciplina desde la etapa preescolar de los niños, al momento de actuar en colectividad, a través de actividades en grupo, acción conjunta, formación en buenos modales, etc. Entre los conceptos que forman la disciplina en la escuela, se pueden citar la filosofía y el reglamento de la escuela, las actividades en grupo y la orientación sobre la vida escolar. En las escuelas de Japón, el reglamento no es un simple escrito, sino que está bien soportado gracias a la mencionada orientación otorgada diariamente por los maestros. Sobre la disciplina, los aspectos que más llaman la atención de los extranjeros son la puntualidad y el hábito de la reunión o junta matutina antes del inicio de las clases.

Es una peculiaridad japonesa asignarse por turnos el trabajo de limpieza y de distribución de la comida escolar como formas para “trabajar en equipo y tener el sentido de responsabilidad entre todos”.

Si bien, en muchos países, la práctica del Judo es una actividad elegida por los padres para reforzar el sentido de la disciplina en sus hijos, en los niños japoneses, la disciplina es algo que ya tiene incorporado desde muy pequeño y ello hace también que, por ejemplo, participen en la limpieza del Dojo, como lo hacen en la escuela con sus aulas.



(3) Actividades Voluntarias

En las escuelas de Japón, se realizan actividades voluntarias de los alumnos y se podría afirmar que ellos forman parte de la creación de la cultura escolar, a través de dichas actividades. Entre las actividades voluntarias se encuentran las actividades en grupo de diversos tipos, las de trabajos asignados y de comités, las de los clubes, las del gobierno escolar de alumnos, los eventos planeados por dicha organización, etc. A través de estas actividades voluntarias se forma el patrón de conducta con el que los alumnos se relacionan por su propia iniciativa con la escuela. De todos modos, se debe tener en cuenta que estas actividades voluntarias no se realizan bajo un marco de una libertad demasiado tolerante ni de independencia total, sino que se encuentran limitados para determinados ámbitos.

La práctica de deportes como parte de las actividades extracurriculares en las escuelas secundarias básica y superior que es la base del desarrollo deportivo en Japón es una de las tantas actividades impulsadas por Jigoro KANO mientras ejercía el cargo de rector de la Escuela Normal Superior de Tokyo. Asimismo, dentro de la misma Escuela Normal Superior de Tokyo, impulsó la práctica deportiva y la organización de eventos deportivos y, en 1908, introdujo la práctica obligatoria de Judo o Kendo entre sus alumnos. A su vez, a partir de 1911, logró que la práctica obligatoria de Judo o Kendo se extienda a las escuelas secundarias.


Jigoro Kano


La influencia del Confucianismo y la imagen sagrada de los docentes

Como es sabido, el Confucianismo ejerció una gran influencia en Japón como en distintos países de Asia. Uno de los efectos de esta influencia se ve reflejado en el respeto a la autoridad y especialmente, a los mayores cuya figura se asocia con la sabiduría, por lo que existía también una “cultura de respeto al maestro”.

Esto facilitó la intención del Gobierno Meiji, cuando, hacia fines del Siglo 19, puso especial énfasis en la formación docente y en la jerarquización del cargo docente, a través de la promulgación de la “Ley de Educación Normal” en 1897.

En aquel entonces, la profesión docente se consideraba dominantemente como un “oficio sagrado”, exigiendo para el personal docente una personalidad íntegra y un alto grado de ética profesional. En general, el personal docente era muy respetado y agradecido por parte de los padres de familia y la sociedad, aunque su remuneración era igual a la del servidor público municipal que no era buena.

Si bien, en la actualidad, se ha perdido esta imagen de los docentes y en Japón está generalizada la idea de que sea perdido la relación de confianza y respeto que unía a los docentes con la sociedad en general y los alumnos y sus padres en particular y han perdido el status social que ostentaban en el pasado, a pesar de ello, para los ojos occidentales, la figura del docente en Japón y la relación que establece con sus alumnos sigue siendo muy distinto a lo que se puede observar en sus países.

Esta relación de respeto y lealtad con el maestro o sensei (y también al “senpai”) se sigue observándose, aunque tal vez en menor medida que antaño, en las más diversas disciplinas que incluyen las artes marciales o el Budo. Asimismo, también proviene del Confucianismo la obligación del maestro de guiar y proteger a sus discípulos, como contrapartida del respeto y la lealtad.







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