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JITA KYOEI

Los principios de “SEIRYOKU ZENYO” y “JITA KYOEI”


Si bien se ha escrito mucho acerca de los principios básicos o ideales del JUDO, “Seiryoku Zenyo” (Mejor Uso de la Fuerza” y “Jita Kyoei” (Bienestar Mutuo), en la presente Nota, volveremos sobre el tema para revisar los conceptos de ambos principios que Jigoro KANO dio a conocer en el año 1922, a 40 años de haber creado el Judo, completando de esta forma sus aspectos espirituales y filosóficos. Esto fue resultado de la experiencia acumulada y los estudios e investigaciones realizadas a lo largo de 4 décadas, especialmente en el campo de la educación moral y lo hizo público, una vez liberado de sus compromisos con la educación pública, al retirarse como rector de la Escuela Normal Superior de Tokyo, cargo que venía ejerciendo desde el año 1893, con dos muy breves interrupciones.


Jigoro Kano


Jigoro KANO, educador.

Cabe recordar que Jigoro KANO creó el Judo, fundando su escuela KODOKAN, en el año 1882 cuando sólo tenía 22 años y acababa de graduarse en la Facultad de Humanidades de la Universidad Imperial de Tokyo (actual Universidad de Tokyo) donde había estudiado Ciencias Políticas y Política Económica (y continuaba estudiando Ética y Estética). En su momento, el KODOKAN no dejaba de ser una escuela más de Ju Jutsu que también, solía ser conocido como Estilo KANO o KANO-Ryu, por lo que los esfuerzos de KANO estaban dirigidos a diferenciar al JUDO de los demás estilos de Ju Jutsu tradicionales.

Ese mismo año, fue designado como profesor en la Universidad GAKUSHUIN donde llegó a ser vicerrector en 1885, con sólo 25 años. En 1889, fue enviado a Europa por el Ministerio de Educación junto a otros 2 funcionarios para conocer y estudiar los sistemas de educación de los distintos países europeos. Este primer viaje a Europa se extendió entre setiembre de 1889 y enero de 1891 y resultó ser muy revelador para definir su futuro como educador, por ejemplo, como defensor de la educación universal y laica.

A su regreso, fue designado rector de la Escuela Superior N°5 de Kumamoto, cargo que ejerció hasta que, en 1893, fue designado rector de la Escuela Normal Superior de Tokyo (actual Universidad de Tsukuba).

En ese entonces, en Japón, existían las escuelas normales (shihan gakko) para la formación de docentes y la Escuela Normal Superior era la institución que estaba a cargo de la formación de docentes de dichas escuelas normales. Por consiguiente, la Escuela Normal Superior era la institución que se encontraba en la cima del sistema educativo a cuyo rectorado KANO accedió cuando sólo contaba con 33 años de edad y permaneció hasta cumplir los 60 años, con dos breves interrupciones para cumplir funciones en el propio Ministerio de Educación. De esta forma, KANO formó parte de la elite que condujo el sistema educativo japonés durante varias décadas entre fines del Siglo 19 y comienzos del Siglo 20 y fue un gran impulsor de la educación universal y dentro de ella, de la educación moral al que consideraba su pilar más importante.

A su retiro como rector de la Escuela Normal Superior de Tokyo, su vasta experiencia como educador fue reconocida por el entonces Primer Ministro Korekiyo TAKAHASHI (1854 – 1936) quien lo propuso para ocupar un escaño en la Cámara de los Pares (Cámara Alta de la Dieta) que ocupó desde febrero de 1922 hasta su fallecimiento, continuando de esta forma con su compromiso con la educación.

Por su parte, en 1882, además de fundar el KODOKAN, KANO fundó su academia de idioma inglés “KOBUNKAN” y la academia “KANO-JUKU” (en este caso, en el mismo lugar donde funcionaba el KODOKAN). Posteriormente, fundó varias escuelas y academias entre las que se pueden citar la escuela “KOBUN GAKUIN” (1896 – 1909) fundada para recibir becarios chinos por encargo del gobierno y el “ZOSHIKAI” (1898) al que integró varias de sus academias como el KANO-JUKU (llegando hasta constituir una organización de academias para promover la natación).

Asimismo, en mayo de 1889, a 7 años de la fundación del KODOKAN, KANO realizó una presentación sobre los valores educativos del Judo ante el Ministro de Educación, Takeaki EMOTO (1836 - 1908) y otras autoridades, invitado por la Sociedad Japonesa de Educación (Dai Nippon Kyouiku-kai), donde expuso sobre los 3 pilares educativos de la práctica del Judo como (1) método de educación física (desarrollo físico armónico), (2) método de combate (método de entrenamiento seguro de las técnicas de Bu Jutsu) y (3) método de educación intelectual y moral. La presentación de KANO frente a las máximas autoridades de educación es considerada como un importante hito en la Historia del JUDO que constituyó una defensa de la incorporación de su práctica en las escuelas secundarias.


“Judo” firmado por Kano


Valores educativos del JUDO.

KANO creó el JUDO, al descubrir en el Ju Jutsu, además de su valor como Bujutsu o arte marcial, valores educativos como “educación intelectual, física y moral” que consideró que debían ser trasmitido a la sociedad. KANO diferenció al JUDO de los otros estilos de Ju Jutsu, en que no sólo enseñaba técnicas de combate, sino también el “do” o camino. Hasta entonces, la finalidad principal de la práctica del Ju Jutsu era el dominio de las técnicas de ataque y defensa, aunque algunos maestros hayan incluido el concepto del “do” dentro de la enseñanza de dichas técnicas.

Fue así que KANO creó el JUDO incorporando el “componente educativo” en el antiguo Ju Jutsu, precisamente, en una época de grandes transformaciones en la sociedad japonesa con un fuerte proceso de modernización y occidentalización que desencadenó la “Restauración Meiji” (que ocurrió en 1868, cuando KANO tenía 8 años de edad).

Aquí, lo que se debe prestar particular atención es el hecho de que KANO si bien ubicó el “do” (educación moral) en el centro de la educación, no dejó de darle gran importancia a las técnicas o “jutsu”, por lo que continuó con el estudio de las técnicas teniendo en cuenta las situaciones reales de combate. Prueba de ello fue su infructuoso esfuerzo para incorporar al JUDO técnicas de Karate, Aikido y Bo Jutsu hasta sus últimos días.

El Ju Jutsu se convirtió en JUDO con el agregado de la educación moral y el propio KANO atribuía la decadencia del Ju Jutsu tradicional a su incapacidad de no haber podido adaptarse a las transformaciones de la época.

Si bien KANO denominó JUDO a su nuevo estilo de Ju Jutsu creado en 1882, utilizando el término “do” (camino), fue recién 40 años después, en 1922, que completa su concepto del “do” o “educación moral”, dando a conocer los principios de “Seiryoku Zenyo” y “Jita Kyoei”. En 1922, KANO fundó la Asociación Cultural KODOKAN y a través de distintas publicaciones y presentaciones promovidas por esta asociación, se avocó a la difusión del concepto del “do”. La Asociación Cultural fue creada como una organización separada del KODOKAN debido a que éste tenía la figura de fundación que implicaba algunas limitaciones en sus actividades.

Los principios de “Seiryoku Zenyo” y “Jita Kyoei” fueron producto de 40 años de estudios e investigaciones, tal como lo reconoce el propio KANO quien afirmaba que, tras haber leído y estudiado mucho en una época, luego se dedicó a investigar el mundo real.

KANO dio a conocer estos principios en 1922 no sólo por haber completado sus investigaciones y haberse liberado de sus obligaciones oficiales con el sistema educativo que le permitían hablar con mayor libertad, sino también por haber vislumbrado un futuro oscuro y conflictivo para el Japón y el mundo, durante su último viaje por Europa realizado en el año 1921, tras la Primera Guerra Mundial. Fue así que pensó que sus principios de “Seiryoku Zenyo” y “Jita Kyoei” contribuirían a salvar al mundo, promoviendo la paz y la armonía, bajo la convicción de que el hombre del futuro debería ser alguien que haga buen uso de su fuerza o energía y busque el bienestar propio y de los demás.


“Seiryoku Zenyo” y “Jita Kyoei”


SEIRYOKU ZENYO.

“Seiryoku Zenyo” significa utilizar la fuerza o energía física y mental en la forma más efectiva posible para hacer el bien, o sea, alcanzar una meta (o resolver un problema) seleccionando la mejor forma para hacerlo. KANO afirmaba que este principio debía ser utilizado en todos los órdenes de la vida, por lo que el JUDO debía formar personas que puedan o intenten utilizar la fuerza o la energía física y mental en la forma más efectiva.

Lo que aquí resulta importante es que KANO descubrió este “principio” de utilizar la fuerza física y mental en la forma más efectiva durante el proceso de aprendizaje de las técnicas de Ju Jutsu, o sea, que percibió que estaba aplicando este principio universal en la práctica del Ju Jutsu.

En la práctica del JUDO, se hace trabajar en forma efectiva la fuerza física y mental y a través del entrenamiento, uno va adquiriendo en forma natural el espíritu fundamental y se va tornando capaz de tomar las decisiones apropiadas en base a dichos principios, ante las más diversas situaciones. La clave está en que todos los principios y conceptos señalados por KANO como el “Seiryoku Zenyo” se diferencian de cualquier otro concepto abstracto por el hecho de que están conectados con el movimiento del cuerpo. Así, en el JUDO, se torna importante el punto de vista de ir convirtiendo los distintos conceptos en técnicas, lo que se transforma en el principio universal para progresar.

De esta forma, el practicante de JUDO puede aprender los principios como el “Seiryoku Zenyo” a través de la práctica de las técnicas, lógicamente, siempre que tenga la motivación para hacerlo. Se puede afirmar que el JUDO de hoy tiene como meta el aprendizaje del “do”, teniendo a las técnicas como medio para alcanzarlo. Dado que las técnicas tienen valor por sí mismas, el entrenamiento de las técnicas puede terminar sólo como tal, aunque en dicho caso, habría una gran diferencia en comparación con la formación de personas que puedan aplicar el principio en cualquier situación, además del combate. Si se practica el JUDO como “do”, las técnicas que se utilizan como medio para ello se adquieren en forma natural, pero, si se practican las técnicas solamente como tales, nunca se podría aprender el “do”.

Por lo tanto, el concepto de “Zeiryoku Zenyo” además de ser un principio aplicable para cualquier situación, desde las artes marciales a la educación, el trabajo y cualquier otra acción de la vida cotidiana como la lectura, la comida y la vestimenta, hasta cualquier estado espiritual, actitud o disposición para afrontar la vida diaria.




JITA KYOEI.

El principio de “Jita Kyoei” fue definido por KANO como el principio moral fundamental para cualquier persona que viva en sociedad que está presente en cualquier religión o corriente de pensamiento. Debido a que se trata de otro principio aplicable para cualquier tipo de situaciones, se podría resumir en las tres siguientes funciones: (1) “Jita Kyoei” como medio para la resolución de conflictos, (2) “Jita Kyoei” como principio moral y (3) “Jita Kyoei” como directriz de la educación moral:

(1) “Jita Kyoei” como medio para la resolución de conflictos

KANO consideró que “Jita Kyoei” tiene la función de resolver conflictos, pensando que, si las personas se enfrentaran y se obstruyeran entre sí, la sociedad entraría en decadencia, mientras que, si realizaran concesiones y se ayudaran entre sí, la sociedad progresaría en forma sostenida y todos serían felices. Esto se debe a que pensaba que nadie podría negar que era indispensable que las personas realizaran concesiones y se ayudaran entre sí, como principio fundamental para el progreso sostenido de la sociedad.

(2) “Jita Kyoei” como principio moral

KANO consideraba que Japón había entrado en una decadencia moral a causa de la expansión de un espíritu de escepticismo y que el principio de “Jita Kyoei” tenía la función de señalar el fundamento de los principios morales que debía respetarse. Pensaba que, si hubiera un fundamento firme que explique porqué se debe respetar los principios morales, se podría salvar a la sociedad de su decadencia.

Para fundamentar los principios morales, KANO no acudió a la religión ni a la filosofía, considerando que las convicciones morales no nacen ni se movilizan si no estuvieran basadas en principios claros y simples. Consideraba también que, si se fundamentara en alguna creencia religiosa o corriente de pensamiento, sería muy difícil de convencer a personas con otras creencias o corrientes.

Es así que el “Jita Kyoei” o el “do” de KANO puede ser aprendido independientemente de cualquier credo o corriente de pensamiento. KANO proponía el principio de “Jita Kyoei” para resolver los conflictos de base religiosa cuya expansión vislumbraba en el mundo. Así, la educación moral que proponía KANO para Japón y el mundo pretendía ser superadora de cualquier conflicto o diferencia religiosa.

(3) “Jita Kyoei” como directriz de la educación moral

Finalmente, KANO se refirió a la felicidad y la educación moral basada en “Jita Kyoei”, partiendo de la premisa de que una persona sólo sería feliz si pudiera hacer coincidir “la demanda de otras personas, la sociedad, el estado y la humanidad hacia uno” con “los propios deseos de uno” y sufriría en caso de no poder hacerlos coincidir. En caso de haber coincidencia, uno estaría haciendo algo que desea y que también, sirviendo a las demás personas, la sociedad, el estado y la humanidad y, sería feliz.

Por consiguiente, pensaba que cada persona debía esforzarse para conseguir dicha coincidencia, para lo cual uno debía entrenarse siguiendo la directriz del “Jita Kyoei” y así, llegar a ser feliz en forma natural.

El rol de la educación moral es el de hacer coincidir “la demanda de otras personas, la sociedad, el estado y la humanidad hacia uno” con “los deseos propios de uno” para sacar a las personas del sufrimiento y hacerlas feliz.

Si la educación no fuera la correcta y no se consiguiera alcanzar dicha coincidencia, las personas no podrían escapar del sufrimiento y la sociedad no podría progresar en forma sostenida.

En consecuencia, el poder de la educación es lo que permite hacer coincidir el deseo con la moral.

KANO, consideraba que el randori es la práctica donde se debe aplicar y asimilar el principio de “Jita Kyoei”, dado que se debe efectuar siempre pensando primero en el compañero.





Así, KANO afirmaba que las personas deben tratar de progresar sin perjudicar a otras personas, a la sociedad, al estado ni a personas de otros países y al mismo tiempo, deben tratar de beneficiar lo más posible a las demás personas.

Resumiendo, se podría afirmar que aquellas personas que hayan conseguido incorporar el “Seiryoku Zenyo” y el “Jita Kyoei” serán personas altruistas que comprendan el dolor y el sufrimiento de los demás y se esforzarán para el bien de los demás.

De esta forma, hemos tratado de resumir los conceptos de los principios de “Seiryoku Zenyo” (Mejor Uso de la Fuerza” y “Jita Kyoei” (Bienestar Mutuo) definidos por KANO como principios fundamentales para la vida en sociedad, haciendo referencia también sobre el contexto histórico y social y el proceso a través del cual llegó a presentar estos principios fundamentales del JUDO.

Tal como se ha mencionado al principio, existe una gran cantidad de material escrito sobre el tema, muchos de los cuales por el propio KANO, pero lo que debe quedar claro es que estos principios se comprenden y se asimilan realmente sólo mediante la práctica del JUDO y nunca a través de un ejercicio intelectual y especialmente, que lo más importante es reflejarlo en los actos y no en las palabras.


Jigoro Kano

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